La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción envió un escrito bastante duro en su contenido y posicionamiento al Gobierno del Estado por haber invitado a la organización Compañías Mexicanas de la Construcción a participar como integrante del Consejo Estatal de Infraestructura.

Jorge Eduardo Pallares Chávez, presidente de la CMIC afirma que la representación del sector de la construcción corresponde a la organización que él representa, por lo que consideró que invitar a la otra organización de constructores sólo promueve la "polémica y el protagonismo”.

Lo de la polémica ha quedado en evidencia, lo que deja dudas es en lo referente a lo del protagonismo, ¿de quién?¿De la CMIC?¿de Pallares?¿de las Compañías Mexicanas de la Construcción?¿de Guevara?¿de todos ellos?

 

 

Enrique Gastélum Ramírez y Alfonso Lazcano Sahagún presentaron un novedoso, pero muy razonable proyecto para solucionar el abasto de agua para el municipio ensenadense.

Se trata de un método de destilación de aguas tratadas, de mar o salobres, sistema que resulta más barato y práctico que construir plantas desaladoras oceánicas o el famoso -y casi mitológico- acueducto Tanama-Valle de Guadalupe.

Utilizando concentradores parabólicos de radiación solar se genera calor que evapora el agua, la cual al condensarse sale limpia de contaminantes.

Dicha "agua nueva” puede utilizarse una y otra vez empleando el mismo proceso ya que la "recuperación” es del 93 por ciento de cada litro.

Es decir, los 500 litros por segundo que a diario arrojamos al mar podrían reutilizarse, en un proceso que no daña al medio ambiente, más barato y más lógico que desalar agua de mar para volverla a arrojar al océano ya contaminada.

Ojalá que la propuesta sea revisada y considerada. Lazcano Sahagún es reconocido a nivel nacional e internacional por su trabajo en el empleo de las llamadas energías renovables y particularmente por la solar, así que se trata de una propuesta con fundamentos técnicos y económicos de seriedad.

 

Realidades que duelen La situación de San Quintín, si bien ya entró en un periodo de aparente calma y los jornaleros ya regresaron a sus labores, sin lugar a dudas representa un tema lejos de ser agotado. Y es que haciéndole honor a la justicia, más allá de los empresarios del campo, que en su mayoría (aparentemente) cumplen con la ley, el tema de fondo ha sido totalmente olvidado por el gobierno en sus tres niveles y ya causó crisis. 

Sólos, los empresarios, jamás podrán darle condiciones dígnas a los connacionales que vienen de otros estados. Mientras el gobierno federal, estatal y municipal sigan haciéndose ojo de hormiga y únicamente salgan a pedir el voto como lo han hecho por décadas, el tema San Quintín, lejos de estar acabado, se recrudecerá. Ya veremos qué dicen los -brillantes- candidatos de todos los partidos sobre el tema.

Quien anda haciendo puntos para quedarse con la plaza que quedó acéfala tras la muerte de Alcide Beltrones Rivera (QEPD) en el IMSS es el subdelegado en Tijuana, Marco Érick Montero Rodríguez.

Las quejas por parte de los empleados cada vez son más hacia el trato que reciben del subdelegado que se siente, -según dicen- como el mero mero. Al parecer la ‘batalla’ que se vive por la titularidad de la delegación es muy intensa.

A casi un mes de fallecido Beltrones Rivera, no se ha nombrado al titular y los empleados de confianza están con la incertidumbre de si serán despedidos ratificados por el que llegue, siguen cumpliendo con su chamba pero están a la espera de noticias al respecto.

El run run es que cuando llegue un nuevo delegado traerá a su gente y el personal de confianza será despedido, así que no les queda más que seguir aguantando.

El pasado viernes se llevó a cabo la ceremonia de nombramiento de la Sala Federico Campbell en el Centro Cultural Tijuana, además de la presentación del libro Regreso a Casa, editado de manera póstuma. En la mesa estuvo la viuda de Campbell, Carmen Gaitán, Pedro Ochoa Palacio y Blanche Petrich. 

Justo y merecido homenaje el bautizar la sala con su nombre, pero ojalá no echen a saco roto el proyecto de la biblioteca pública con el enorme acervo que heredó el escritor, quien fuera también colaborador del suplemento Palabra de El Vigía.