La Bufadora

Con la promesa que (ahora sí) este será el último aumento a los combustibles de lo que resta el año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), anunció que el próximo jueves los precios de la Magna y el diésel tendrá un "pequeño” ajuste.

La gasolina magna subirá dos centavos y se venderá en 13.98 pesos el litro, mientras que la Premium se mantendrá sin cambios, debido a que tiene el precio máximo, por lo que el litro seguirá a 14.81 y el diésel se fue a los extremos con un aumento de 47 centavos, es decir, estará a 14.45 pesos por litro.

Este aumento, reajuste, gasolinazo o como lo quiera usted llamar, sólo causa indignación, malestar, desconcierto y coraje a los mexicanos, porque en el discurso del presidente de México, Enrique Peña Nieto, cuando dio a conocer la aprobación de la Reforma Energética, dijo, aseguró, recalcó, reafirmó (este mosco parece Adela Micha) que los combustibles (diésel, gasolina y gas) y la luz bajarían sus costos, que los mexicanos tendríamos productos y servicios baratos y hasta la fecha, no ha ocurrido.

La SHCP en un comunicado afirmó sobre el ajuste al precio que "refleja la estricta aplicación del esquema en vigor y complementan el compromiso del Gobierno federal para mantener la estabilidad macroeconómica y cumplir cabalmente con las metas de finanzas públicas para 2016, aseguró la dependencia”.

Esto quiere decir dos cosas, que el anuncio de bajar precios a las gasolinas en enero pasado, se debió sólo con tintes electoreros y la gente se emocionara y el PRI ganara más votos (cosa que no ocurrió) y que el Gobierno federal tiene un problema de finanzas públicas grave y necesita recursos.

Mientras tanto, que la gente se friegue.

Ya que estamos en temas espinosos, otro tópico es la economía del país y según la agencia especializada Bloomberg, la deuda de México está en niveles alarmantes, tal como pasó con el déficit heredado por Carlos Salinas de Gortari a Ernesto Zedillo Ponce de León, que llegó al 35 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y que causó la gran devaluación.

Pues bien, en esta administración federal ocurre algo similar; la deuda acumulada, según Bloomberg es del 34.5 por ciento del PIB, niveles nunca antes visto desde el "Efecto Tequila” de 1995.

Los informes sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública al segundo trimestre 2016, dados a conocer por la Secretaría de Hacienda, indican que al cierre del segundo trimestre de 2016, el saldo de la deuda neta del Gobierno federal se ubicó en 6 billones 519 mil 981.7 millones de pesos. Como porcentaje del PIB, representó el 34.5 por ciento. 

Los gobiernos priistas se han caracterizado por endeudar al país, tratar de enmendar esos errores al subir impuestos o incrementar precios, pero también que en cada término de sexenio, la devaluación de la moneda sea un distintivo "tricolor”.

Los jóvenes no conocen el lado oscuro de los anteriores gobiernos, sólo conocen lo que hicieron o no hicieron los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, pero con esto que se vive en el país, conocerán en carne propia el legado de Gustavo Díaz Ordaz, José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Salinas de Gortari; Ernesto Zedillo trató de enderezar el barco como pudo.

La controversia que existe entre Playas de Rosarito y Ensenada sobre los límites territoriales, podría resolverse en los próximos días, según lo dicho por el diputado Roberto Dávalos Flores, quien preside la Comisión de Gobernación Legislación y Puntos Constitucionales del Congreso del Estado.

El perredista dijo que ya se agotó la etapa de ofrecimiento de pruebas y ratificación de las mismas por lo que están en el proceso de su desahogo. 

Dávalos Flores refirió que una vez que salga la resolución podrá ser apelada por la autoridad municipal que no esté conforme, ya sea Playas de Rosarito o Ensenada. 

De manera que como en todo proceso finalmente sería la Suprema Corte de Justicia de la Nación la que tendría la última palabra una vez que se haga una revisión de acuerdo a lo que se presente en la impugnación.

Este mosco sólo espera que los legisladores estatales salgan de su letargo, se pongan a trabajar y resuelvan este conflicto que lleva muchos años y que ningún gobernador o legislatura ha querido o no ha podido resolverlo.

Los actuales diputados, que ya casi terminan su encomienda, prometieron que resolverían el conflicto territorial, sin embargo, le han dado la vuelta al asunto, pero está en sus manos trascender y no ser recordados como otros más del montón. Esperemos que así sea.