Mirador

Por Armando Fuentes Aguirre.
martes, 3 de marzo de 2015 · 00:30
Tiemblo por este duraznero. Es tan joven que cree saberlo todo. Se anticipó a los otros árboles, echó sus primeros brotes y abrió los pétalos de su primera flor.
Quizá sintió el deseo de ver la luz del cielo, de respirar el aire claro que baja de la sierra. A lo mejor oyó el canto de los pájaros y quiso saber de dónde venía esa canción. El caso es que se ofreció a la vida. Los que son jóvenes como él jamás recuerdan que también hay muerte.
Ahora yo temo por el arbolillo. Los fríos marceños son malvados; no les importa la canción, el verde de las hojas, lo tierno de la flor... Bajan del monte con su guadaña en ristre, y todo lo que a su paso encuentran queda muerto. 
¿Por qué no durmió más días este imprudente duraznero niño? ¿Por qué despertó antes que el nogal, que no abre los ojos -las hojas- sino cuando tiene la certeza de que el invierno se fue ya? Quisiera yo abrazar a este árbol de color de rosa, y salvarlo de todos los peligros. Pero no puedo nada contra el frío de marzo. Y marzo apenas va empezando. 
¡Hasta mañana!..

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