Del consumismo al consumerismo

La producción por sí sola no resuelve el problema económico. Por ende, hay que consumir lo que se genera y con ello se cierra un círculo virtuoso. De ahí que hayan aparecido los profesionistas de la mercadotecnia con técnicas afortunadas que permitían generar deseos a partir de las necesidades del ser humano.

Sin embargo, en muchos casos, ello desembocó en un comportamiento nada elocuente que nos llevó al consumismo. A comprar desenfrenadamente y sobre todo, a producir bienes que han contaminado el medio ambiente y han generado enfermedades en el ser humano.

Afortunadamente el nuevo consumidor está consciente de los cambios en el ecosistema y del daño en la salud, por lo que ha modificado su forma de consumir, llamándosele a ello consumerismo. 

Del consumismo podemos decir que tiene un fuerte impulso después la segunda guerra mundial y hace que las economías, hoy desarrolladas, encuentren planos de vida que les llevan a consumos tan exagerados que en la actualidad deben ser tratados por especialistas en el campo de la salud.

Es así que hasta el momento se pueden ver programas de televisión que tienen que ver con los llamados acumuladores de bienes. El desorden en su casa es tan grande que no se puede transitar por la misma.

Lógicamente, y en contra del consumo desenfrenado e inconsciente, tenemos aquellos consumidores responsables, informados y éticos, que pretenden generar un mundo sustentable. Un entorno de respeto que le lleve al bienestar y a disfrutar de lo que se adquiere.

En realidad son personas que entienden los procesos que sufre la tierra en su calentamiento, por lo cual son seres solidarios que desean su bienestar y el de los demás. De ahí que también se les ha denominado ecologistas o verdes.

No se le olvide: el consumerismo no es una moda, es una forma de comportamiento que llegó para quedarse como estilo de vida.

* Académico de la Escuela de Administración y Negocios, CETYS Universidad, Campus Tijuana

francisco.bermudez@cetys.mx