Crucificados

miércoles, 16 de abril de 2014 · 22:52
México, DF - Pobre de ti. Si estás leyendo esto es porque tampoco saliste de vacaciones. Me preguntó un amigo: "¿a dónde vas a ir?”. ¡Chin!, le respondí, no tengo para quedarme, ¡menos para irme!
¿Tú por qué estás aquí? Porque eres pobre como yo y no tienes para irte. ¿O es porque te explotan como a mí y tampoco te dieron jueves y viernes que para todos son santos, menos para nosotros? Otra opción es que, al igual que yo, seas un amargado que odia irse a meter a los tumultos que provocan los que dejaron de hacer tumultos en la ciudad.
¿Para qué quiero ir a meterme a una playa de Acapulco con otras 17 mil 829 personas? Para eso mejor me subo al Metrobús a las 8:30 de la mañana. Es lo mismo y sin tener que ver calzones aguados y mojados.
Es impresionante cómo la gente prefiere endrogarse por todo el año o empeñar lo que no tiene con tal de irse de vacaciones en Semana Santa. Es como si el mandamiento 11 fuera: "Chapotearás en Caleta”.
Sin embargo, de acuerdo con estudiosos de la Universidad de Medio Oriente, está descartado que a Jesucristo lo hayan crucificado para que la humanidad pudiera ponerse hasta atrás con un cartón de chelas, mientras se asolea con aceite de coco.
Uno de los descubrimientos más asombrosos de este estudio, es que los antiguos habitantes de Jerusalem no comían romeritos con tortitas de camarón. 
Pero, bueno, sea como sea, los mexicanos tenemos en el alma el gusto por la celebración de la Semana Santa. Desde las salvajadas en Taxco donde los penitentes terminan sangrando de rodillas, pies y espaldas, hasta quienes se van a la Plaza del Monumento a la Revolución para armar su versión chilanga de Tecolutla.
Se nos da eso de la Semana Santa. Tal vez sea porque la Secretaría de Hacienda nos tiene crucificados con los impuestos, de la misma forma que Televisa y TV Azteca tienen crucificados a los televidentes con su programación cada vez más absurda, sin chiste y tonta. 
Nos crucifica el PRI con su cara de moderno y sus mañas de dinosaurio. Nos crucifica el PAN con sus transas desmedidas y su incapacidad de gobierno. Nos crucifica el PRD con sus gobiernos mediocres y su populismo echeverrista. Por supuesto nos crucifica AMLO con su necedad, lo mismo que la CNTE con su cerrazón.
La cosa está en que nadie nos va a bajar de la cruz. Sólo nosotros podemos hacerlo. Y entonces, sólo entonces, tal vez resucitar.

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