Ya nos volvieron a saquear

Le dice un compadre al otro:

-Oiga, compadre, ¿usted anda diciendo que usted y yo nos besamos?

-¡No sea payaso, compadre! No diga eso ni de broma, compadre, que nos va a salir. ¿Cómo se atreve a pensar que voy a andar diciendo que usted y yo nos besamos, compadre?

-¡Uy, compadre! Pos’ entonces... ¡ya nos vieron!

Estos compadres se parecen a las autoridades del DF: nomás se hacen güeyes. 

Primero salen y anuncian con todo el estruendo que el Programa Hoy No Circula será más duro y severo con los autos viejos que contaminan más. Y, ¡pum!, sin explicar las razones, simplemente ordenan que los coches con más de 10 años y con calcomanía 2, dejen de circular todos los sábados.

Obviamente eso desató las protestas, las marchas y las manifestaciones, lo que obligó a Miguel Mancera a hacer lo que mejor sabe hacer: recular. Es decir, echarse para atrás, meter reversa, aventar la cola pa’ atrás. Y entonces comenzó a anunciar, en episodios, distintas excepciones al programa. Una a una, las nuevas disposiciones lo que hacían era confundir más a la gente y confirmar que el gobierno del DF no tiene la menor idea de hacia dónde va. El colmo fue que el propio Mancera salió a anunciar con gran alegría --¿de qué se ríe este pobre hombre?-- que el GDF financiará... ¡convertidores catalíticos! ¿Por qué? Pues porque seguramente algún desgraciado mal amigo le hizo creer que de esa forma la gente lo va a querer más. En pocas palabras, el gobierno del DF hará todo lo posible para que la gente pueda darle la vuelta a las reglas que él mismo impuso. Y luego mi mujer dice que yo soy el incongruente.

Para colmo, aquí en estas páginas se dio a conocer la semana pasada que en algunos verificentros hay coyotes que, por una lana, te consiguen el ansiado holograma 1 aunque tu vocho contamine más que una fábrica china de pelotas de plástico reciclado. ¿Y qué creen? Que el GDF ¡no sabía nada! Se enteró, igual que nosotros, por nuestro periódico. Bueno, al menos eso es lo que dice oficialmente.

¿Tú crees que realmente no sabían lo que estaba pasando? En lo personal creo que nomás le hacen al tonto. Dejan que todo mundo transe porque, seguramente, se llevan una buena tajada. Y así se la llevan hasta que, ¡tómala!, explota el escándalo porque alguien, por fin, se cansó de la transa y la denunció. Entonces aparece en el periódico y, mágicamente, los funcionarios reaccionan y dicen que actuarán con "todo el peso de la ley”, "con todo rigor”, "caiga quien caiga”, "hasta las últimas consecuencias” y bla, bla, bla...

¿A poco no se parecen a los compadres del beso? Se me hace que ya los vimos.

Espero que no hayas desayunado huevo ni aguacate, porque te tengo malas noticias. No malas, ¡malísimas! Resulta que ya de por sí éramos muchos... ¡y parió la abuela!

Ya tenemos tres nuevas bocas qué mantener: son los partidos Morena, el de López Obrador; el Partido Encuentro Social, que está ligado a grupos evangélicos; y el Partido Humanista, que está formado por ¿humanos?

A cada uno tendremos que darle, de tu bolsillo, del mío, 31 millones de pesos, de aquí a fin de año.

En total gastaremos en lo que resta del 2014, ¡agárrate!, $1,587,827,539.28, lo cual traducido al español significa: mil 587 millones 827 mil 539 pesos con 28 centavos. Eso significa que por cada minuto que pasa, estos infelices de los partidos se clavan 7 mil 351 pesos. Así que mientras leíste esta columna, te despojaron como mexicano de unos 30 mil pesos. Y no fui yo. 

El colmo es que al final del día, los partidos políticos nos habrán exprimido 10 millones 585 mil 440 pesos por no hacer nada. 

Así que ya deja de leer y ponte a trabajar, porque alguien tiene (tenemos) que mantener a estos parásitos.