Moreno Valle se despeina

viernes, 25 de julio de 2014 · 22:30
México, D.F.
En la intimidad de su alcoba, a media luz, la señora le dice a su esposo:
--Desabrocha mi blusa.
--Ya --responde él.
--Ahora déjala sobre la cama.
--Listo.
--Libera el brassier y junto con la falda colócalos en el sillón.
--Como digas, mi vida.
--Ahora las medias de red y la tanga, déjalas caer al piso.
--¿Así, te gusta, mi amor?
--Sí, perfecto. Ahora entiéndelo, papacito, es la última vez que te pones mi ropa. ¿Te quedó claro, animal?
Igualito que el señor del chiste se quedó el poblano Rafael Moreno Valle: regañado y con la cola entre las patas.
El gobernador ha venido trabajando desde hace tres años muy arduamente, no por los poblanos, sino para construir su candidatura a la Presidencia en el 2018.
Llegó a la gubernatura gracias al apoyo de su madrina política, Elba Esther Gordillo, y ganarse tanto a Felipe Calderón como a Enrique Peña Nieto. Moreno Valle es como un chapulín ideológico, pues lo mismo un día es panista, al día siguiente brinca y se pinta la cara de tricolor, otro día vuelve a saltar y se acerca a los perredistas y así se la ha ido llevando. De hecho, dentro del PAN primero era calderonista y luego rompió con ese grupo y se unió, obvio, al del actual dirigente Gustavo Madero. 
Pero al parecer la suerte se le está acabando a Moreno Valle con el asunto del niño que murió en un enfrentamiento entre policías y manifestantes. La sangre le manchó el traje al gobernador que, caray, tanto se preocupa por verse muy bien arreglado y peinado. ¿A ustedes no les intriga por qué tiene el cabello cada vez más castaño? Hay quienes dicen que es porque todas las mañanas se baña con manzanilla. Pero, bueno, eso de la higiene personal son cosas íntimas en las que no me meto.
Lo curioso es que, por fin, Moreno Valle cumplió su sueño: ya es famoso a nivel nacional. Lo malo para él es que no fue por sus "logros” de gobierno, sino por un niño asesinado cuyo cadáver va a tener que cargar de aquí a que se acabe su gobierno.

Muchas gracias
A ti que estás leyendo esto, sí a ti, te doy las gracias. Y es que el hecho de que tus ojos pasen por estas líneas, significa que apartaste unos pesos para comprar este que es nuestro periódico. (‘Ora que si te lo robaste, ya ni chingas). En estos tiempos es de agradecerse que alguien invierta en la lectura y lea. Es más, hasta es de aplaudirse. Yo soy el primero en reconocer que la cosa no está fácil en cuestión de dinero. Primero, porque los hijos ya están de vacaciones y pareciera que eso significa que pueden comer el doble. Y como los niños de ahora no pueden estar todo el día encerrados y tampoco pueden salir solos a la calle, hay que sacarlos a pasear aunque sea al parque de la esquina. Y en cualquier salidita, por más cercana a la casa que sea, siempre cuesta. A eso hay que sumarle que en estos días ya hay que comprar los útiles para el próximo ciclo escolar. Y ya ni te digo de los uniformes, porque nos vamos a poner a llorar. Sí, lo sé. La cosa está difícil. De hecho el otro día fui a la cantina que está aquí enfrente del periódico (que no lo lea mi jefe, shhh!) y le dije al cantinero: "Sírvame 12 cubas y fórmelas una tras otra en la barra”.
Y apenas las sirvió, comencé a tomarme una tras otra a toda velocidad. Me las bebía más rápido que Felipe Calderón y eso que él chupaba con el dinero de todos los mexicanos.
--Oiga, señor, ¿pero qué le pasa? ¿Por qué chupa tan rápido? 
--Ay, señor cantinero, usted bebería igual de rápido si tuviera lo que yo tengo.
--¿Pues qué es lo que tiene?
--¡Nomás 20 pesos, caón!

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