¡Está temblando! ¿O no?

lunes, 28 de julio de 2014 · 21:25
¿En qué se parece un terremoto a una esposa muy enojada? En que te puede dejar sin coche, sin casa y sin nada.
Y ayer que suena la alerta sísmica. Y que nos sacan de la chamba. Y que evacuan cientos de edificios. Y que el subdirector fue el primero en salir corriendo. Y que todo el mundo preocupado por llamar a sus casas. Y que los niños están solos. Y que la alerta dice "sismo fuerte”. Y que ahí viene. Y que ya no cabemos en la banqueta. Y que, oigan, ¿dónde dejaron a Eugenio, el de las muletas? Y que hubo quien se puso a rezar. Y que no tiembla. ¡Y qué pinche susto!
Por supuesto lo primero que hicieron las autoridades fue echarle la culpa a alguien más. Salieron a decir que si sonó la alerta sísmica sin que hubiera temblor alguno, no fue culpa de ellos, sino de una aplicación para teléfonos celulares --a la que está conectado todo el mundo-- y que, supuestamente, fue la que provocó el pánico con su falsa alarma. Entonces no era penal y tampoco era temblor.
¿Realmente la culpa del pánico es de la empresa que tuvo una falla? ¿No será, más bien, que es de todos nosotros, que nos ponemos súper histéricos con los temblores? Con todo y que salimos en orden, la realidad es que ves en las caras de todos tus compañeros el miedito. No sé qué se imaginan cuando tiembla: que la tierra se va a abrir y se los va a tragar; o que los edificios se van a derrumbar sobre sus cabezas, como si fuera la película de Godzilla. 
Yo, por si las dudas, siempre llevo en el bolsillo del pantalón 200 gramos de tocino bien frito: así seré al primero que encuentren los perros entre los escombros.

¡Echen paja!
Se encuentran Miguel Mancera y Pepito:
--Hola, niño. ¿Tú eres Pepito, el de los cuentos?
--No, licenciado. Yo soy Pepito el de los chistes. El de los cuentos es usted.
Donde sí tembló ayer fue en las oficinas del Jefe de Gobierno del DF. Y no es para menos: nuestro periódico dio a conocer la encuesta que mide la popularidad del mandatario capitalino. 
Los resultados son impactantes, pues sus cifras de aprobación están por los suelos. La cosa está tan grave para Mancera, que hasta Robben es más querido por los mexicanos. 
La popularidad del jefe de gobierno tiene unos números tan bajos, que parecen en realidad la talla de su camisa. O el coeficiente intelectual de Enrique Peña Nieto y Vicente Fox en una plática motivacional de Arjona.
No logro entender cómo es que ha caído tanto Mancera. Ni modo de pensar que la gente está enojada porque la mitad de la Línea 12 del Metro está cerrada por fallas y la otra mitad, muy probablemente, también tenga que ser clausurada.
Imposible pensar que los capitalinos que no tienen para comprar coche nuevo, le estén dando la espalda a su gobernante sólo porque éste tuvo la peregrina idea de dejarlos sin circular todos los sábados del mes.
Tampoco creo que la población esté optudimóder de Mancera sólo porque la Ciudad de México es cada día más insegura, más lenta, más cara y más insoportable.
Y no, bajo ninguna circunstancia creo que al titular del Ejecutivo le esté afectando el hecho de que entre sus colaboradores hay un equilibrio entre ratas e inútiles, de los cuales sólo se salvan dos, si acaso. 
En fin. Quién sabe por qué cayó tanto el Jefe de Gobierno en las encuestas. Cuando a los presidentes gringos les pasa eso, normalmente lo resuelven declarando la guerra a otro país. Pero acá, ni modo que Mancera... ¡invada Texcoco!

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