Nos dan el avión

martes, 9 de septiembre de 2014 · 21:55
México, DF - El otro día en el aeropuerto, en una sala de embarques para vuelos internacionales, se escuchó por los altavoces la voz de una señorita:
-Pasajeros con destino a Nueva York, favor de pasar a la planta alta.
Después de 10 minutos, la misma señorita volvió a hablar:
-Diputados del Partido Verde con destino a Nueva York, favor de bajarse de la bugambilia.
¿Ya vieron qué bonito va a quedar el nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México?
La terminal tendrá forma de equis en honor a México. Por si fuera poco, toda la construcción contendrá elementos relacionados con el escudo nacional. Por ejemplo el techo del edificio representará las alas del águila. A la entrada habrá una glorieta con plantas, para simbolizar el nopal. Y el camino de acceso será una especie de homenaje a la serpiente. ¿Y de qué sirve todo esto? De nada. Pero, ¿a poco no está linda?
Me cuesta un poco de trabajo entender para qué queremos un aeropuerto tan bonito, si todavía no sabemos, ni siquiera, cómo carajos vamos a llegar a él. Para empezar, el proyecto que presentó el gobierno de Enrique Peña Nieto hasta ahora no contempla la construcción de una línea del Metro hasta allá. Lo peor no es eso, sino que ni siquiera hay avenidas que conecten con los terrenos de lo que será el nuevo aeropuerto.
Le encargaron el diseño del nuevo aeropuerto a un arquitecto muy conocido y premiado en el mundo llamado Norman Foster, quien, por alguna extraña razón, se asoció con un chavo mexicano llamado Fernando Romero cuyo mayor mérito es ser yerno de Carlos Slim. Quien haya entrado al Museo Soumaya en Polanco, sabe que Romero hace edificios muy llamativos, pero poco o nada funcionales. Entonces, ¿para qué diablos queremos un aeropuerto con diseño de vanguardia, si no cuenta con cosas mínimas como ser más seguro que el actual, ser más funcional y tener mejores accesos?
Tengo la sospecha de que sólo nos están dando el avión.
Y todo por culpa de que una vez en el aeropuerto, a Peña le dijeron:
-Joven, le informo que su avión viene demorado.
-¡Qué bien! Es mi color favorito.

Punto de vista
Salí de bañarme, me paré frente al espejo desnudo y le dije a mi mujer:
-Me veo horrible. Estoy panzón, cada vez tengo menos pelo, las ojeras me llegan al ombligo y como que ya no me veo tan firme. Por favor, mi amor, dime algo bueno de mí que me levante el ánimo.
-Ay, corazón, tienes una vista perfecta.
Más o menos así le pasa, creo, a Luis Videgaray con su paquete económico para el 2015. Según el secretario de Hacienda, el Presupuesto del próximo año es la llave maestra para meternos de lleno en la modernidad. Adiós a la pobreza y a la desigualdad. Con el gasto que ejercerá el gobierno federal a partir del primer minuto del 1 de enero, arrancará el despegue de México. Eso dice él. Sin embargo, lo que los expertos y los simples mortales vemos es una cosa muy diferente.
Donde Hacienda ve mayores recursos, nosotros vemos más transas de los políticos. Cuando nos habla de responsabilidad financiera, nos acordamos de los Moreira y su desfalco en Coahuila que no ha sido castigado. Si nos dice eficiencia en el gasto, es inevitable pensar en los 20 mil millones de pesos de la Línea 12 tirados a la basura. Cuando Videgaray habla de honestidad y transparencia, siento que se muerde la lengua por culpa de todos los líderes sindicales priistas.
Pero, bueno, a lo mejor sólo estoy viendo visiones. ¿O no?

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