Auuuu…

Aúlla el hombre lobo. En un estudio no tan reciente de la universidad de Yale da toda la razón a nuestras abuelas cuando nos decían sin tanta ciencia: "el que con lobos anda, a aullar se enseña”. Ni raza, edad, sexo, pandillerismo o pobreza predicen mejor quien caerá víctima de la violencia con armas de fuego que las redes sociales de una persona, según estudio conducido por Andre W. Papachristos en Chicago.

Esas circunstancias, si bien implican riesgos, no tienen la importancia fundamental que se les ha dado. Hay una tendencia simplona y malévola a culpar de la violencia a la pobreza, lo hacen, enorme contradicción, sobre todo las izquierdas: culpan a los pobres y confunden pobreza con desigualdad, lo cual es aberrante.

La desigualdad pierde importancia, golpe emocional, cuando se tienen estándares mínimos de bienestar. La riqueza no se describe con un juego exacto llamado "de suma cero”: lo que un jugador gana otro lo pierde. La riqueza se crea. Y, sin duda, se reparte muy mal.

En nada nos perjudica a los mexicanos si un día las empresas de Slim valen el doble: Pero nuestra desigualdad se duplicó. Si pierde, la desigualdad disminuye. Y en nada nos beneficia.

Vuelta a la abuela o al estudio que más o menos en lo mismo: "Es con quién te juntas lo que te mete en problemas”. Es trágico, con la excepción que no es al azar. Papachristos que es el autor del estudio hace notar que el crimen, como enfermedades infecciosas sigue patrones determinados.

Un gripiento enferma en primer término a quienes lo rodean, familiares o no, simpatice con ellos o no. Así también "gente en la misma red social (en sentido amplio, no en el de redes por internet) es más probable que incurra en conductas riesgosas similares como portar armas de fuego”. Podrías entonces con facilidad identificar quiénes son esos puntos en los mapas de la red y dirigir los recursos de acuerdo a los resultados. Eso es, exactamente, lo que hace el departamento de policía de Chicago.

La nota no lo señala, pero un área matemática describe esos datos. De eso da clases hace años con singular alegría la matemática Maria Emilia Caballero de la UNAM: teoría de los grafos, que estudia relaciones expresables por puntos y rayas que los unen. Los puntos se conocen como vértices y las rayas como aristas. Esta rama de la matemática combina probabilidad, algebra y tipología.

El estudio en Chicago revisa los datos acerca de homicidios por armas de fuego de 2006 a 2011 en las seis millas cuadradas con algunas de las tasas de homicidio más altas en la ciudad. Los datos son notables: Sólo el seis por ciento de la población estuvo involucrada en el 70 por ciento de los asesinatos y ese mismo seis por ciento incrementó en nueve veces (900 por ciento) su probabilidad de caer víctima de homicidio por arma de fuego.

La policía de Chicago identificó, con análisis de redes, a los veinte residentes con mayor riesgo de disparar o que les dispararan. Un comandante visitó a estas personas de alto riesgo y el asunto ya comenzó a parecerse a la película minority report, les explicó porque estaban en esa lista de riesgo. Luego Papachristos entusiasmado por los resultados extendió el estudio a todo Chicago y más de 170 mil personas.

 Por cierto, Ensenada cuenta con investigadores y académicos suficientes de institutos de la UNAM y Cicese con especialistas en matemáticas para apoyar a la policía… digo.