El PIB y el empleo

Desde el poder político se hicieron reformas en beneficio del poder económico, ahora éste debe responder con inversiones y empleos. Arcángel Rojo
domingo, 31 de agosto de 2014 · 20:10
El crecimiento moderado del 1.04% en el PIB mexicano del segundo trimestre de 2014, si bien es buena noticia tampoco es como para sentirse cómodos y satisfechos. Aunque el PIB es el indicador más significativo de la economía, existe otro también importante que no muestra buen desempeño.
En principio, el Producto Interno Bruto (PIB) es el valor a precios corrientes de los bienes y servicios de consumo final producidos por la economía nacional en un periodo determinado (trimestre, semestre o año), pero mejor indicador lo es aún el PIB real, es decir, el valor de los bienes y servicios a precios deflactados, es decir, quitándoles el efecto inflacionario para conocer si la economía creció y qué tanto.
Existe un indicador que preocupa al gobierno y a los analistas económicos de igual forma que el comportamiento del PIB, y este es el nivel de empleo respecto a la población económicamente activa.
Es de suponerse que con un crecimiento del PIB se presente también un incremento en el empleo, sin embargo, el pasado mes de julio la tasa de desocupación abierta (TDA) aumentó a 5.47%, no sólo superior a la de julio de 2013 (5.12%), sino que para colmo fue la más alta de lo que va en 2014.
¿Cómo es posible que la economía crezca y el desempleo aumente? De entrada hay que decir que el PIB puede desagregarse en los siguientes elementos, Consumo Privado, Gasto del Gobierno, Inversión, y Exportaciones menos Importaciones; cualquier aumento en dichos componentes hace crecer al PIB.
Un aumento en el Consumo Privado tiene el efecto inmediato sobre los inventarios acumulados que en periodos de recesión pudieron quedarse en los almacenes de las empresas, para después activar la producción de más satisfactores; es en esta última parte donde se da un incremento en el PIB sin la necesidad inmediata de las empresas de generar más empleos.
Igual sucede con el Gasto del Gobierno, el cual se divide en gasto corriente (el gasto operativo: nómina, combustibles, viáticos, papelería, comunicaciones, publicidad, etc.), el gasto de inversión (creación de infraestructura), y el pago de deudas (intereses más capital). Si los programas de inversión del gobierno no se aplican con intensidad poco podrán impactar en la generación de más empleos.
La inversión privada en activos fijos está orientada a incrementar la capacidad de la planta productiva, pero su impacto en el nivel de empleo depende no sólo de la magnitud de la inversión y su efecto multiplicador, sino de su nivel tecnológico; a tecnologías más avanzadas menos empleos asociados.
Las exportaciones son demanda exterior de bienes domésticos y las importaciones son demanda doméstica de bienes foráneos; las primeras impactan positivamente en el PIB y en la generación de empleos, pero el incremento de las segundas impacta negativamente en la generación de empleos.
Habrá de recordar que la cifra del crecimiento del PIB es hasta el mes de junio y que durante el primer trimestre del año su crecimiento fue mediocre (0.4%), en tanto que la TDA muestra una tendencia ascendente en casi todo 2014. Se espera que en el último semestre de 2014 un mejor comportamiento del PIB revierta la alza en la TDA, lo que evidenciaría entonces sí una recuperación de la economía.

rdanielspinto@hotmail.com

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