ECONOMÍA Y POLÍTICA

Migrantes incómodos

Por Rolando Daniels Pinto
lunes, 20 de agosto de 2018 · 00:00

Un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro. Un convertido es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro. Georges Clemenceau (Político y periodista francés).

Inició el éxodo post electoral -muchos otros migraron antes de la campaña y hoy tienen carta de residencia en la república amorosa- y como resultado de la elección, hoy ven con ojos de amor a la Morena que en otros tiempos odiaban, criticaban, denostaban, rechazaban y hasta de ella se burlaban.

Así, los oportunistas de siempre preparan la deserción de su trinchera y enlistarse en las filas contrarias para regresar a combatir feroz y aplastantemente a quienes hasta hace poco eran sus correligionarios, pero que con dignidad aguantan los embates del vencedor y soportarán las agresiones de quienes hoy los traicionan y vendrán para echarles en cara toda clase de epítetos, culpándolos de todos los males.

Es cierto, entre los que se van y se quedan hay gente indefendible, pero entre los que se quedan la gente de bien es una mayoría carente de poder real, o al menos no han notado que lo tienen; pero es en el fragor de la batalla y en la dolorosa derrota donde destacan las personas honestas y de convicción.

Y entonces, se empezarán a conocer historias de singulares personajes que sin el menor recato, a pesar de su larga cola, adquirirán la categoría de felices migrantes en busca de nuevas oportunidades en la tierra prometida, en el nuevo paraíso de la sanación moral y política llamado la Cuarta Transformación.

Para algunos migrantes, eso de traicionar no les asusta porque seguramente esa práctica ha sido constante vendiendo causas y vendiéndose ellos al mejor postor. ¡Qué importa una traición más! al cabo que el fin -satisfacer su ambición de poder, ahora con el cambio verdadero- justifica los medios.

Sin duda que habrán de llamarse a gente buena, rescatable, comprometida con la sociedad, pero serán los menos, los demás partirán de los terrenos devastados por la batalla en donde -por cierto- otros impresentables ya se preparan para dar la batalla por las migajas utilizando el antifaz de la refundación.

Porque no debe olvidarse que se aproxima una nueva contienda en donde el arrogante vencedor de la anterior, aún conserva parque y hasta artillería pesada para darle un puntillazo más a quienes osen enfrentársele, incluso hasta para ponerle un “estate quieto” a recientes aliados engreídos que exhibieron sus miserias siendo hoy evidente en el saldo final que recibieron mucho más de lo que realmente valen.

Es por lo anterior, que los vivales de la política, aun sangrando de sus heridas que la derrota les dejó, recurren a la pronta sanación buscando refugio y sustento ante su vencedor, vendiendo su conocimiento para destruir aún más lo que dejaron atrás, porque ellos saben cómo, a eso se dedicaron durante años.

Entonces, se viene una triste cruda para muchos; para algunos por el desencanto de no darse lo que tanto les prometieron, al menos como se los habían dicho, porque hoy es evidente que el periodo de la transición, más bien parece tiempo de transacción; no siempre se puede todo lo que se quiere, les dirán.

En cambio para otros, la cruda será algo así como un síndrome de abstinencia, porque al no permitirles sus convicciones abandonar sus aposentos, tardarán buen tiempo para reconstruir sus territorios y rearmarse; saldrán a la batalla a combatir, pero difícilmente serán competitivos, al menos su mayoría.

Es cierto, sólo los más fuertes sobreviven en las crisis, por ello, estos migrantes incómodos tratan de eludir la crisis desertando de su trinchera, traicionando a quienes confiaban en ellos, abandonan el territorio devastado ya que son incapaces de reconstruirlo, porque nunca se dedicaron a construir nada; más pronto sabrán que las mejores parcelas de la tierra prometida ya tienen dueño.

rdanielspinto@hotmail.com

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