Caro y malo

Los concesionarios del transporte público de pasajeros en Ensenada pretenden solicitar un incremento a la tarifa, que en el hipotético caso de que fuera aprobado por el Cabildo del XXI Ayuntamiento, pasaría de 8 a 13 pesos con 50 centavos.

Los transportistas justifican esta petición con el argumento de que cada mes se incrementa el precio de los combustibles, pero lo mismo ocurre en todas las ciudades del interior del país, donde el costo del boleto es mucho menor, las unidades son más amplias y de modelo reciente, pero lo más importante, el servicio es mil veces mejor.

Para constatar lo anterior sólo basta con visitar otras entidades de la república, donde por cierto el gobierno tampoco otorga subsidios a los concesionarios para evitar que las tarifas aumenten.

Desde siempre los ensenadenses han padecido un servicio de transporte caro, malo y peligroso; lo peor es que no existe un compromiso serio por parte de los cooperativistas para modernizar su parque vehicular, capacitar a los choferes y rediseñar las rutas. Así que no se vale pedir sin ofrecer nada a cambio.

Esperemos que los actuales regidores no se espanten a las primeras de cambio con manifestaciones y paros ridículos, porque sus antecesores autorizaron que se elevará el precio del pasaje en sesiones de Cabildo que se celebraron a puerta cerrada y a la medianoche.

Los ediles deben ser sensibles y entender que el problema del transporte público en Ensenada no se resolverá sólo con incrementar las tarifas.

Es posible lograr avances para dotar a la ciudad de un sistema de transporte público moderno, digno y eficiente, pero antes de cobrar más se deben erradicar vicios que no permiten el cumplimiento de las metas. 

Mejorar el transporte implica revisar la operación de los concesionarios, quienes muestran nulo interés en el usuario.

Y mientras circulen en Ensenada microbuses en pésimas condiciones y no se modifique el sistema de trabajo de los operadores, el servicio de transporte urbano seguirá siendo deficiente y riesgoso.