Castigo en Escénica
Sanción a los responsables de los daños en la reconstrucción de la Escénica y el aplazamiento de su apertura a la circulación de vehículos fue la demanda del sector empresarial, y el alcalde Gilberto Hirata ayer en Ensenada.
Ni que decir del clamor de la ciudadanía, las redes sociales se atestaron de comentarios de incredulidad, reprobación, indignación y coraje por la jugada de Capufe.
Después de la argumentación que da la delegada de Capufe, Rosa María Castañeda, es entendible que no se abra la carretera a la circulación de vehículos pues no está lista y representa riesgos, pero lo que indigna es el juego en el que involucraron a la opinión pública y el engaño, porque fue un engaño todo lo ocurrido.
Le preguntamos a Capufe, ¿por qué no se nos informó en tiempo y forma de lo que estaba pasando respecto a los daños?, ¿por qué hasta último momento aguantaron el informar, cuando faltaban tres días?, ahora se entiende el porqué la SCT insistió en la reparación de la carretera libre, no era sólo que los arreglos formaban parte de un programa agendado, seguramente lo sabían y se estaban poniendo, como se dice en la calle, el huarache antes de espinarse.
La solicitud del sector empresarial es correcta, propia, y justa, y el presidente Enrique Peña Nieto, que con esto postergará aún más cualquier probable visita a Ensenada, debe de tomar cartas en el asunto, pues es un asunto mayor.
A través de una carta se le pedirá al Presidente de México, que se finquen responsabilidades y sanciones en contra de quienes hicieron mal los trabajos y engañaron con la promesa de reabrir la autopista y que no queden impunes los responsables del grave daño social y económico que sufrirán los ensenadenses.
Lo ocurrido amerita una investigación a fondo pues en ese proyecto no se están invirtiendo tres pesos, son más de 900 millones de pesos que está pagando la ciudadanía a varios actores, y tienen que deslindarse responsabilidades.
Ni que decir del clamor de la ciudadanía, las redes sociales se atestaron de comentarios de incredulidad, reprobación, indignación y coraje por la jugada de Capufe.
Después de la argumentación que da la delegada de Capufe, Rosa María Castañeda, es entendible que no se abra la carretera a la circulación de vehículos pues no está lista y representa riesgos, pero lo que indigna es el juego en el que involucraron a la opinión pública y el engaño, porque fue un engaño todo lo ocurrido.
Le preguntamos a Capufe, ¿por qué no se nos informó en tiempo y forma de lo que estaba pasando respecto a los daños?, ¿por qué hasta último momento aguantaron el informar, cuando faltaban tres días?, ahora se entiende el porqué la SCT insistió en la reparación de la carretera libre, no era sólo que los arreglos formaban parte de un programa agendado, seguramente lo sabían y se estaban poniendo, como se dice en la calle, el huarache antes de espinarse.
La solicitud del sector empresarial es correcta, propia, y justa, y el presidente Enrique Peña Nieto, que con esto postergará aún más cualquier probable visita a Ensenada, debe de tomar cartas en el asunto, pues es un asunto mayor.
A través de una carta se le pedirá al Presidente de México, que se finquen responsabilidades y sanciones en contra de quienes hicieron mal los trabajos y engañaron con la promesa de reabrir la autopista y que no queden impunes los responsables del grave daño social y económico que sufrirán los ensenadenses.
Lo ocurrido amerita una investigación a fondo pues en ese proyecto no se están invirtiendo tres pesos, son más de 900 millones de pesos que está pagando la ciudadanía a varios actores, y tienen que deslindarse responsabilidades.
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