DESDE EL VIGÍA: Pobres y viejos

Durante décadas se presumió que el gran bono demográfico de México era la juventud de su población, pero transcurrió el tiempo y no se vislumbró lo que se necesitaría cuando el país envejeciera, lo cual ocurrirá dentro de sólo 35 años.

 

Expertos establecen que "en México llegar hoy a los 65 años de edad significa tener una elevada probabilidad de vivir 20 años más, pero también significa que sólo 20 por ciento recibirá una pensión”. 

 

Además, uno de cada 6 será víctima de maltrato; 1 de cada 4 padecerá demencia; 1 de cada 3 desarrollará diabetes; 1 de 2 sufrirá enfermedades cardiovasculares; 1 de cada 3 tendrá algún dato clínico de depresión, y 1 de cada 2 estará física o mentalmente discapacitado al menos 3 años antes de morir.

 

Por si fuera poco, en este momento, en el país hay más personas mayores de 60 años que niños menores de 5, y para 2049 esta proporción cambiará dramáticamente, pues habrá más personas mayores de 60 que menores de 15 años. Así que "seremos un país envejecido”.

 

Sin embargo, el problema no es envejecer, sino envejecer enfermo, dependiente y con pobreza.

 

Lo anterior fue advertido por la doctora Carmen García Peña, directora de Investigación del Instituto Nacional de Geriatría (ING) y coordinadora de la red temática de Investigación en Envejecimiento, Salud y Desarrollo Social (ESDS) del Conacyt, durante el Taller sobre Investigación en Tecnologías de la Información y Envejecimiento, que comenzó ayer en el Centro de Investigación Científica y Enseñanza Superior de Ensenada (Cicese).

 

La especialista reconoció la importancia que se le ha dado al tema, y la creación del Instituto Nacional de Geriatría es prueba de ello.

 

Y en el caso de Baja California, y concretamente de Ensenada, por ser la reserva territorial del continente americano, por su benévolo clima será un destino de atracción para pensionados y jubilados de las regiones frías de Canadá y Estados Unidos, pero a diferencia de los mexicanos, ellos sí dispondrán de los recursos económicos para gozar de una vejez digna.