DESDE EL VIGÍA: Anarquía urbana

Los invasores que se convirtieron en posesionarios y acapararon valiosas extensiones de tierra en la mancha urbana de este puerto, además de especular con los terrenos trastornaron la planificación de la ciudad e impiden la continuación de importantes obras, como la ampliación del Bulevar Costero.

 

Por presión social, corrupción y negligencia muchos fraccionamientos y colonias de Ensenada se desarrollaron en zonas de alto riesgo, como las ubicadas en los márgenes del vaso de la presa Emilio López Zamora, que de hecho es una cortina de concreto para contener el agua en la temporada de lluvias.

 

También representan un serio peligro para sus residentes la invasión Bronce, los fraccionamientos Morelos I y II, así como infinidad de viviendas construidas irregularmente rumbo a la salida a Ojos Negros.

 

Este anárquico crecimiento de la mancha urbana fue tolerado a pesar de que Baja California es una región de alta sismicidad, así como vulnerable a fuertes precipitaciones pluviales, vientos de Santa Ana e incendios.

 

Y aunque ya existe un Atlas de Riesgo, el problema es que las autoridades no supervisan que las colonias de nueva creación cumplan con todas las especificaciones, comenzando por disponer de tanques de almacenamiento de agua.

 

A lo anterior se suma las carencias de los cuerpos de emergencia, como los Bomberos, quienes se han visto en la necesidad de operar con un equipo mínimo, no se diga las unidades municipal y estatal de Protección Civil, que funcionan con una estructura y presupuesto raquítico, que las imposibilita de realizar acciones preventivas permanentes.

 

Así que de registrarse un evento de la naturaleza de gran intensidad las autoridades no tendrán capacidad de respuesta para atender los incidentes que se generen.

 

Urge que se invierta en equipamiento y prevención, pero sobre todo que se respete el plan regulador de la ciudad, porque ya existen zonas que son auténticas bombas de tiempo.