Desde El Vigía

En la víspera de las tradicionales Fiestas de la Vendimia, las primeras estimaciones señalan que se espera la asistencia de alrededor de 90 mil personas en la Ruta del Vino (Valle de Guadalupe) y la Antigua Ruta del Vino (Valle de la Grulla), esta última ubicada al sur de este puerto.

Aunque la mayoría de los eventos donde se armoniza el vino con la gastronomía y la música se concentran entre las delegaciones de San Antonio de las Minas y las de Francisco Zarco y El Porvenir, también habrá actividades en los viñedos que se encuentran en el Ejido Uruapan, el Valle de San Tomás y San Vicente.

A pesar de que la falta de agua es el principal problema de los vitivinicultores, en Ensenada se produce el 90 por ciento de los vinos de mesa del país, a pesar de que la superficie de siembra es menos respecto a la de otros estados de la república, pero de no resolverse el abasto del vital líquido la denominada "joya de la corona” enfrentará graves circunstancias.

Una de las alternativas que propone el Gobierno del Estado, es llevar al Valle de Guadalupe las aguas tratadas que se generan en las plantas de tratamiento de Tijuana, pero hasta el momento este proyecto no ha sido del todo aceptado por los productores de vino.

Otra opción que se plantea es la perforación de pozos a mayor profundidad, pero se requiere de mayores estudios; y es por eso que la solución más socorrida es que se deje de extraer agua de los acuíferos de Guadalupe para abastecer a la mancha urbana de Ensenada, además de que se prohíba la extracción de arena de los arroyos, porque de continuar dicho saqueo no se recargarán los mantos freáticos.

Y mientras encuentran la manera de resolver la carencia de agua, es fundamental que se regule la creación de nuevos asentamientos en el Valle de Guadalupe, porque aunque se trate de fraccionamientos, hoteles y restaurantes campestres, requieren de agua y de canalizar sus aguas negras.

Si prosigue el desorden, dentro de poco nos vamos a acabar la gallina de los huevos de oro.