Ni una más (bis)

Por Eloísa Talavera
miércoles, 4 de mayo de 2016 · 08:43

En semanas anteriores elaboré un punto de acuerdo para la creación de protocolos contra la violencia de género en Universidades públicas y privadas, así como en Centros de Investigación que funcionen como una herramienta para salvaguardar la integridad física, psicológica y emocional principalmente de las alumnas.

 

El punto de acuerdo nació de la denuncia de dos jóvenes estudiantes valientes, que fueron víctimas de abuso sexual en sus Universidades, una pública y la otra privada y ellas decidieron levantar la voz y llegar hasta las últimas consecuencias.

 

Me reuní con ellas, me compartieron sus experiencias y la dificultad para que las autoridades universitarias hagan su tarea y se sumen a las acciones para lograr justicia y para salvaguardar la integridad de más mujeres en esas Universidades.

 

Es un tema triste, pero de seguimiento, en donde deberemos de convencer desde los rectores hasta los maestros y alumnos para que se sumen a generar los protocolos contra la violencia de género.

 

Encaminada en este trabajo que requerirá mucha gestión, amanece Baja California de luto, en donde una estudiante de medicina de la UABC, es asesinada presuntamente a manos de su ex pareja, una joven que tenía todo un futuro cuyas esperanzas y sueños murieron a manos de una persona sin escrúpulos que pone al descubierto la gran necesidad de imprimir toda nuestra capacidad como legisladores para establecer mecanismos que inhiban la creciente violencia hacia la mujer en tantos ámbitos.

 Las estadísticas son cada vez más claras y evidentes, son escalofriantes y no podemos ni debemos quedarnos estáticos ante una realidad que atenta directamente contra la mujer desde muy temprana edad.

Y es que el tema de la violencia de género, tiene su origen desde la célula más importante de la sociedad, que es la familia, ahí nace en muchísimos de los casos, cuando vemos la disfunción de tantas familias en donde se vive el acoso y el abuso hacia la mujer desde niña.

 

Esta debe de ser una tarea multidimensional y transversal, pero debe de enfrentarse como una serie de políticas públicas que entrelazadas con acciones ciudadanas como los protocolos contra la violencia de género en Universidades y Centros de Investigación, seguramente tendrá un efecto multiplicador que derivará en niveles de seguridad más altos para millones de mujeres en el país.

 

No es cosa menor lo que sucedió en Baja California, en Tijuana, debe de ser un verdadero foco rojo que tiene que sumar conciencias y esfuerzos para encontrar mecanismos que le den a la mujer, la oportunidad de defenderse, de denunciar con la seguridad de que su victimario será castigado y ella será protegida.

 Pero es un esfuerzo en el que todos debemos de sumarnos y de trabajar bajo una directriz bien delineada que involucre desde el sistema educativo estatal, hablando de Baja California, pero tiene que estar apoyado incluso por la Secretaría de Educación Pública y debe de estar fondeado en un presupuesto que sea inteligente, transparente con rumbo y destino para darle vuelta a esta realidad que nos afecta y nos afecta fuertemente.

*La autora es diputada federal 

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