¿Las plantas son seres inteligentes?
Monterrey, NL - "Cuando un antílope se acerca a comer las hojas de esta acacia -comentó el guía- el árbol de inmediato envía señales al resto de las plantas cercanas de esta especie, para que secrete sustancias tóxicas que no son digeribles para el animal, incluso lo pueden matar. Ésta es la manera en que ellas se defienden de sus depredadores”.
Cuando escuché lo anterior durante un viaje que hicimos en familia, comencé a pensar en la posible inteligencia de las plantas -si se puede llamar así-; al mismo tiempo, me di cuenta de lo mucho que ignoramos sobre ellas, como si ellas se comunicaran en un vocabulario que los humanos no comprendemos. Sólo percibimos el bienestar que surge al estar en su cercanía y, tristemente, es algo que damos por sentado.
¿Sabías por ejemplo, que las plantas han desarrollado entre 15 y 20 sentidos diferentes, incluyendo los cinco análogos a los nuestros?
A partir de ese incidente me propuse investigar un poco sobre la "inteligencia” de las plantas y lo que se ha descubierto al respecto. Después de nadar en un océano de información, una cosa me queda clara: tenemos que voltear a ver a los árboles, a las flores y a las plantas con mucho mayor respeto de lo que hemos hecho hasta ahora. No son objetos decorativos e inertes.
"Si mañana desaparecieran las plantas del planeta, en un mes toda la vida se extinguiría porque no habría comida ni oxígeno. Todo el oxígeno que respiramos viene de ellas. Pero si nosotros desapareciéramos, no pasaría nada. Somos dependientes de las plantas, pero las plantas no lo son de nosotros. Quien es dependiente está en una situación inferior, ¿no?”. Esto lo afirma el doctor en biofísica Stephano Macuso, experto en el tema.
Estas verdades quisiera gritárselas a Miguel Mancera, al ver con tristeza que su gobierno derriba cientos y cientos de árboles en el Paseo de la Reforma y las palmeras en Avenida Mazaryk, como si esta ciudad no necesitara de ellos con urgencia para contrarrestar la contaminación y evitar ser enterrados en una ciudad de concreto y asfalto.
Pero regresemos a lo que se ha descubierto sobre la inteligencia de las plantas: en los años setenta surgió un famoso libro llamado "La vida secreta de las plantas”, escrito por Peter Tompkins y Christopher Bird, a partir del cual se empezó a explorar la posibilidad de que las plantas fueran mucho más inteligentes y capaces de lo que pensamos; aunque muchos científicos lo tomaron como una idea New Age sin fundamento.
Sin embargo, a partir de entonces se generaron nuevas investigaciones que han abierto un nuevo campo llamado neurobiología de las plantas, en el que se estudia una serie de respuestas vegetales que la bioquímica no ha podido explicar.
En la investigación aprendí que muchas de las capacidades de las plantas se pueden vincular al hecho de que viven enraizadas en un lugar, por lo tanto, no se pueden mover, defender ni ir tras su alimento o huir cuando es necesario.
Es por eso que han desarrollado por ejemplo: olfato y gusto -ellas perciben y responden a químicos en el aire o en sus "cuerpos”; vista -reaccionan a longitudes de onda de luz y de sombra; tacto -una enredadera o una raíz, "sabe” cuando se encuentra un objeto sólido; y respecto al sonido, asombra saber que cuando a una planta se le pone la grabación de un gusano masticando una hoja, ella sin haber sido tocada, echa a andar su maquinaria de químicos para defenderse. ¿No es increíble?
Ojalá los políticos tuvieran la sensibilidad para entender que cuando se daña a un árbol, se daña a las personas; y que salvarlos también es salvar nuestros pulmones.
Cuando escuché lo anterior durante un viaje que hicimos en familia, comencé a pensar en la posible inteligencia de las plantas -si se puede llamar así-; al mismo tiempo, me di cuenta de lo mucho que ignoramos sobre ellas, como si ellas se comunicaran en un vocabulario que los humanos no comprendemos. Sólo percibimos el bienestar que surge al estar en su cercanía y, tristemente, es algo que damos por sentado.
¿Sabías por ejemplo, que las plantas han desarrollado entre 15 y 20 sentidos diferentes, incluyendo los cinco análogos a los nuestros?
A partir de ese incidente me propuse investigar un poco sobre la "inteligencia” de las plantas y lo que se ha descubierto al respecto. Después de nadar en un océano de información, una cosa me queda clara: tenemos que voltear a ver a los árboles, a las flores y a las plantas con mucho mayor respeto de lo que hemos hecho hasta ahora. No son objetos decorativos e inertes.
"Si mañana desaparecieran las plantas del planeta, en un mes toda la vida se extinguiría porque no habría comida ni oxígeno. Todo el oxígeno que respiramos viene de ellas. Pero si nosotros desapareciéramos, no pasaría nada. Somos dependientes de las plantas, pero las plantas no lo son de nosotros. Quien es dependiente está en una situación inferior, ¿no?”. Esto lo afirma el doctor en biofísica Stephano Macuso, experto en el tema.
Estas verdades quisiera gritárselas a Miguel Mancera, al ver con tristeza que su gobierno derriba cientos y cientos de árboles en el Paseo de la Reforma y las palmeras en Avenida Mazaryk, como si esta ciudad no necesitara de ellos con urgencia para contrarrestar la contaminación y evitar ser enterrados en una ciudad de concreto y asfalto.
Pero regresemos a lo que se ha descubierto sobre la inteligencia de las plantas: en los años setenta surgió un famoso libro llamado "La vida secreta de las plantas”, escrito por Peter Tompkins y Christopher Bird, a partir del cual se empezó a explorar la posibilidad de que las plantas fueran mucho más inteligentes y capaces de lo que pensamos; aunque muchos científicos lo tomaron como una idea New Age sin fundamento.
Sin embargo, a partir de entonces se generaron nuevas investigaciones que han abierto un nuevo campo llamado neurobiología de las plantas, en el que se estudia una serie de respuestas vegetales que la bioquímica no ha podido explicar.
En la investigación aprendí que muchas de las capacidades de las plantas se pueden vincular al hecho de que viven enraizadas en un lugar, por lo tanto, no se pueden mover, defender ni ir tras su alimento o huir cuando es necesario.
Es por eso que han desarrollado por ejemplo: olfato y gusto -ellas perciben y responden a químicos en el aire o en sus "cuerpos”; vista -reaccionan a longitudes de onda de luz y de sombra; tacto -una enredadera o una raíz, "sabe” cuando se encuentra un objeto sólido; y respecto al sonido, asombra saber que cuando a una planta se le pone la grabación de un gusano masticando una hoja, ella sin haber sido tocada, echa a andar su maquinaria de químicos para defenderse. ¿No es increíble?
Ojalá los políticos tuvieran la sensibilidad para entender que cuando se daña a un árbol, se daña a las personas; y que salvarlos también es salvar nuestros pulmones.
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