El meollo del asunto
El día lunes en virtud de una fuerte manifestación y cese de actividades en todo el Estado de Baja California por parte de los docentes que pertenecen al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, miles de niños se quedaron sin iniciar el ciclo escolar, medida de presión que fue empleada y ha sido empleada a lo largo de la historia de los movimientos sindicales, para entablar un diálogo con el gobierno y exigir el cumplimiento o cese de algunas actuaciones gubernamentales, pero que en esta ocasión, aunado a esto, sirvió para demostrar ante la mirada pública, la unión del movimiento que se ha cuestionado desde la aprobación de la reforma educativa, lo cual, genera más preguntas e incertidumbres del porqué se llegó a esta instancia y qué es lo que sigue en materia de educación.
Y es que éste es el gran meollo del asunto. La aprobada reforma educativa. El discurso empleado, fue el no pago del adeudo desde 2011 a tres mil doscientos docentes correspondiente al trabajo por honorarios a interinos con base o los que cumplen 30 años de servicio (jubilados); y lo que es más importante: "el reconocimiento del sindicato como titular en el otorgamiento de bases”. Y es aquí donde inician las preguntas.
Frente al no pago por honorarios y pensiones, es de aclarar que, la gran mayoría de docentes reciben el pago por su servicio. El caso en concreto es un rezago que se trae desde hace bastante tiempo y del que ya se había manifestado el sindicato en diciembre del año pasado, por lo que aplaudo la solidaridad del magisterio y el logro obtenido, pero que me genera algunas interrogantes: ¿Por qué tanto tiempo? ¿Existe algún problema para gestionar los recursos? O lo que es más grave ¿saben gestionar los recursos?
Lo interesante de todo fue la declaración de la delegada del Sistema Educativo Estatal frente al reconocimiento para otorgar las bases, ya que, mencionó que la Reforma Educativa fue firmada por los representantes de las secciones 2 Y 37 del SNTE. Lo que invita a reflexionar ¿Entonces que firmaron? ¿Si sabían lo que firmaban? ¿Realizaron la debida interpretación del texto legal? ¿Realmente los docentes están de acuerdo con la reforma?
Y estas dos últimas preguntas son puntos neurálgicos, ya que, por la indebida interpretación del texto o el desacuerdo existente en su totalidad o en algunos puntos de la reforma, son una bomba de tiempo que a mediano o largo plazo puede conllevar a lesionar el derecho a la educación del menor.
La primera parte parece que se solucionará con la mesa de trabajo que anunció el gobernador, integrada por "parte de Gobierno del Estado, a través de la Secretaría General de Gobierno y el Sistema Educativo Estatal; y por parte del SNTE, el Colegiado Nacional de Asuntos Jurídicos, los Secretarios Generales de ambas Secciones y por integrantes de los Colegiados Seccionales de Asuntos Labores de las secciones 2 y 37 del SNTE”, en donde se analizará e interpretará la legislación acorde a los principios generales del derecho y los derechos de los trabajadores.
La otra parte es un asunto más interno del sindicato y es por eso que las palabras de la delegada son tan importantes. Al firmar la reforma, algunos sectores del sindicato no estuvieron de acuerdo, por diversos puntos, entre los que recalcan la evaluación docente y el concurso por las plazas, que a modo particular estoy completamente de acuerdo. Pero la reflexión que indica este suceso es si ¿realmente los dirigentes sindicales están representando los intereses de sus agremiados? Les doy mi voto de confianza, porque creo en la buena voluntad de las personas, pero con la reserva del caso en particular; y también que los agremiados no pueden olvidar que todas aquellas disposiciones que demanden, jamás podrán ir en contra del derecho a la educación de calidad que tienen los menores.
Es una oportunidad de oro la que tienen el gobierno, el sindicato y los padres de familia, de implementar diversas políticas en pro de elevar la calidad en la educación del menor. Creo que la gran mayoría de los maestros son docentes con vocación, que creen firmemente en que la educación es el camino del cambio, pero también que es momento de observar un panorama más amplio y pensar en qué es lo mejor para los niños.
* El autor es escritor y licenciado en Derecho por el CUT
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