Así somos

martes, 9 de septiembre de 2014 · 21:55
Hace 64 años Octavio Paz publicó el libro "El laberinto de la soledad”. Un texto en el que refleja con un tono de preocupación la psicología y moralidad del mexicano (aunque para ser honesto me identifiqué demasiado con el análisis). Una obra de arte que sin el reparo del transcurso de más de medio siglo desde su publicación, mantiene vigente muchas de las inquietudes expresada por el autor.
No piensen que este texto es para hablar sobre alguna conducta de las descritas en el libro. Porque si hay algo que ofende a un nacional, es que un extranjero latino le diga la verdad sobre sus errores frente a diversas costumbres y conductas, trayendo como consecuencia el insulto como vía de escape ante la impotencia del argumento. Pero, si el que hace el mismo análisis frente al error de la misma conducta es de Europa, América del Norte u Oceanía la respuesta es sumisa en tono de broma y se responde: - Es que así somos los ____ - (Y rellénele el espacio con el país de América Latina que quiera)
"Así somos” lo dice colectivamente o gracias a las redes sociales emplean el "sí saben cómo soy para que me…” de manera individual. Una expresión que engloba toda una ideología en América Latina y un punto en común de todos los países que la componen. Empleada por lo general para justificar una mala conducta, que a pesar de ser reprochada tanto individual como colectivamente, sirve para consolidar la falta de importancia que se le da al argumento foráneo.
Se usa para todo: "Si llegamos tarde a una cita” -Así somos- , "Si nos desvelamos tomando unos tragos con conocimiento que al otro día tenemos una obligación laboral” -Así somos- , "si le pusimos el cuerno a la pareja” -Así somos-, "si nos gastamos un dinero de la empresa” -Así somos- "Si no estudiamos a conciencia” -Así somos- . Y la lista continua, sólo tómese un minuto para reflexionar (puede completar el listado online)
Lo interesante de esto es la reacción del nacional, que viaja de un extremo al otro (el insulto o la burla) dependiendo del espacio geográfico que provenga el llamado de atención, pero sin atreverse a encontrar el punto medio que es el de la conciencia.
El señalamiento de una mala conducta o el reproche frente a ésta, debe ser entendido como una oportunidad de mejorar como sociedad y como individuo. Es una invitación a observar las diversas problemáticas comunes y alejadas que tienen los Estados, y cómo se le ha dado solución o cómo y por qué se ha permitido la continuidad del problema.
De no estar abiertos a la opinión, no diga nada el día que esté alegando por el mal gobierno que su país ha ejercido (donde sea que me estén leyendo). No diga nada cuando se llene de coraje al ver como las instituciones estatales lo roban día a día. No diga nada por sentir el dolor de su familiar enfermo y saber que tiene un mal sistema. No diga nada al momento de observar a su hijo y ver cómo crece la incertidumbre de su futuro porque la educación es pésima. No diga nada, ya que, usted eligió a ese gobierno y usted ha permitido todo. ¿Quiere saber por qué? Porque Así somos.

* El autor es escritor y licenciado en Derecho por el CUT

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