La otra historia

La Patrona

Por Lucía Garayzar*
miércoles, 19 de octubre de 2016 · 00:00
‘Llévate mis amores’, es el título de un conmovedor documental que muestra a México y al mundo, una historia de amor que desde hace 21 años se empezó a contar en el municipio de Amatlán de los Reyes Veracruz, llamado "La Patrona”.
La cinta presenta a un grupo de mujeres de condición humilde que tocadas por la solidaridad, diariamente extienden los brazos ofreciendo bolsas de alimentos y agua a miles de migrantes que a bordo del tren de carga llamado "La Bestia ", atraviesan todo México con la intención de llegar a los Estados Unidos en busca de una vida mejor.
Las patronas, llamadas así en honor a su pueblo, desnudan su corazón describiendo todos los obstáculos a los que se enfrentan en el día a día con tal de realizar su labor. Norma, quien es una de las 3 fundadoras del grupo, declara en una entrevista que cuando atendió a uno de los primeros migrantes que estaba herido, pidió a dios su guía y al hacerlo, experimentó algo indescriptible; el miedo se fue: "Le veo a él en el rostro de cada persona que atendemos. " Seguiremos sirviendo, es un llamado divino”.
México les otorgo en 2013 el Premio Nacional de Derechos Humanos, pero los cambios significativos empezaron a surgir hace apenas 12 años, cuando son visitadas por un investigador peruano que se dedica a documentar todo lo que en aquel lugar se hacía, para luego mostrarlo en varias universidades; desde entonces, cuenta Norma, empezaron a recibir atención, apoyo de muchísima gente de la sociedad civil y también de organizaciones importantes. "Llévate mis amores”, es sin duda, una cinta que refleja el gran ejemplo que estas valiosas mujeres han dado a México y al mundo entero.
Amable lector: ¿cuantas historias similares a estas conocemos?, personas que sin recibir nada a cambio se preocupan por ayudar a los demás y lo que más admira, es ver a gente pobre ayudando a los más pobres.
Hace algunos días Baja California se vistió de haitianos, personas que llegaron tan solo con lo que medio cubría sus cuerpos, la noticia se hizo viral en las redes, pero hasta hoy, no he sabido de ningún líder importante preocupado por unirse a esta causa, que si bien es cierto no acabara con el problema, pero su intervención sería importante para mitigar un poco el dolor de quienes lo padecen y servirían de ejemplo.
La solidaridad es un valor que nuestros gobiernos no practican del todo, son las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil organizada quienes realizan el trabajo que el propio gobierno debería encabezar. Nosotros, los que gracias a Dios no hemos vivido situaciones como estas, también formamos parte de un gran disimulo ante tales desgracias, porque no nos damos cuenta que nuestra ayuda, por pequeña que sea reconforta el alma de los que nada tienen.
El fin de semana pasado estuvo la plana mayor de la política estatal reunida con altos funcionarios y empresarios ensenadenses, lo más curioso es que si no se atrevieron a hablar del conflicto territorial, pues que les va importar hablar de los haitianos refugiados en un albergue cristiano en Maneadero.
Quiero despedirme con el mensaje que Norma, la patrona mayor enviara al presidente Peña al cederle el uso de la voz en una reunión a la que fue invitada: "Porque no se trata de criticar o juzgar a quienes se han equivocado o a quienes han traicionado a la patria, lo verdaderamente importante en estos tiempos es actuar, es llevar el mensaje de las cosas que pueden mejorar y que cada quien desde su vida cotidiana pueda propiciar un cambio”, hacemos un llamado a las instituciones  y a la sociedad civil para que se pongan las pilas y trabajen para su pueblo, a que no se basen en las apariencias si no en los hechos, pues estos son lo que verdaderamente cuentan, los invitamos a que vivan la experiencia de compartir el pan con los más vulnerables, les prometo que no se arrepentirán”. ¿Así, o más claro?
Fuente: https://youtu.be/bzQLG4t8FbE.

*La columnista es profesora

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