La Bufadora

Sin escrúpulos 

El simple hecho de que un ciudadano o ciudadana gestione a su nombre ocho permisos para la venta de alcohol es algo que no puede pasar desapercibido para los integrantes del Cabildo, pero la situación todavía es más llamativa cuando el solicitante -en este caso una mujer- es esposa de un regidor.

Hace unas semanas, en este espacio, se hizo el exhorto a todos los ediles, quienes concluyen su periodo el mes entrante, que no incurrieran en las mismas prácticas de sus antecesores, en el sentido de aprobar días antes de su salida controvertidos cambios uso de suelo ni autorizaran permisos para la venta de alcohol que beneficiaran a sus familiares.
Sin embargo, esta sana advertencia se la pasó por el arco del triunfo el regidor del Partido del Trabajo (PT), Máximo Rivas Valencia, y que tampoco preocupó o indignó al resto de los ediles, quienes dentro de 35 días dejarán de ser nuestros representantes populares. Es cierto que las solicitudes se enviaron a la comisión respectiva, para su dictaminación, como ocurrió hace dos semanas con otros tres trámites similares para la esposa del edil priista, César García Urías, pero lo que no se puede aceptar es que se diga que "están en todo su derecho como cualquier ciudadano”. ¿Por qué no se esperan a que lo haga el siguiente Cabildo? De plano no cuidan ni las formas.

Preguntas
¿La dirigencia del PT llamará a cuentas a su regidor?; ¿los directivos de los otros partidos emplazarán a sus ediles a votar en contra del otorgamiento de estos permisos?, ¿el sector empresarial condenará este descarado conflicto de intereses?, ¿no pasará nada?, ¿le vale un pepino a todos?, ¿por qué estos asuntos no se regulan?, ¿se atreverán a aplicar la Ley de Responsabilidades para Servidores Públicos?

Tres tristes tigres
Se cuenta por radio pasillo que los ingenieros Humberto Morales y Marcos González Aréchiga, ambos ex funcionarios municipales, quieren regresar por sus fueros en el próximo gobierno municipal, el primero a la Dirección de Control Urbano y el segundo como director del Fidue.
Sin embargo, todo mundo sabe que a Humberto Morales le dieron palo en el actual gobierno, incluso lo inhabilitaron gracias a la insistencia del síndico municipal, debido a las múltiples quejas ciudadanas en su contra, en tanto que Marcos González enfrenta una demanda penal junto con el yerno del ex alcalde Enrique Pelayo por falsificación de documentos y usos de documentos apócrifos, presentada por el Fidue del gobierno del profesor Gilberto Hirata Chico.
Pero también trasciende por los rumbos de los colegios, que el ingeniero Marco Osuna Maklis anda tras un hueso, el de la Dirección de Infraestructura Municipal, la cosa es Osuna Maklis, quien fuera hasta presidente de la Cámara de la Construcción, fue desafiliado de la misma por cuestiones que aún no se precisan, pero que molestaron a los demás socios de esa organización de empresarios.
Así que cómo ve estimado lector, estos tres tristes tigres andan tras un hueso con carnita en el próximo gobierno municipal que encabezará Marco Antonio Novelo Osuna, y también quieren que sus colegas de los colegios de profesionistas les den su respaldo con todo y el ruido que los rodea.
Pues allá el próximo alcalde si los mete a su jaula, o si él se mete a la jaula de ellos.

Llegando al límite
Pasan los días, pasan las horas y la fecha límite para que el XXI Ayuntamiento que preside Gilberto Hirata Chico presente la controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para tratar de defender lo que en justicia nos pertenece, el territorio que Playas de Rosarito a través del pasado Congreso del Estado, literalmente nos están robando.
El tema es que si el equipo jurídico le da un tratamiento a la controversia constitucional similar al que le dio durante los últimos años, seguramente se reducirán las posibilidades de recuperar esa parte del territorio, y no hay buenos augurios, pues ni enterados estaban del día en que el gobernador Francisco Vega de Lamadrid publicó en el Periódico Oficial del Estado el dictamen aprobado por los non gratos diputados de la anterior legislatura.
Por tal motivo, si no se ponen las pilas, esta administración será recordada en el tiempo como la que perdió para Ensenada una parte de su territorio. Esperemos que no sea así.