OPCIONES

Anorexia afectiva

Por Blanca Esthela Treviño de Jáuregui
sábado, 3 de diciembre de 2016 · 00:00
Las modelos de portada son tan frágiles y huesudas que dan la impresión de estar a punto de romperse en mil pedazos. Si hace algunas décadas hubo protestas vehementes por la ‘flaquencia’ de la famosa modelo Twiggy, hoy las nuevas modelos son de una esbeltez aún más dramática: su aspecto es francamente decadente.
El idealizar la muñeca ‘Barbie’ como el modelo de figura femenina fomentó en muchas mujeres cierto desprecio por su propio cuerpo: muy pocas jóvenes de la vida real poseen una estatura de 1.75 mts., un peso de 45 kgs. y las proporciones de la Barbie. Gracias a los medios y la publicidad, tenemos el concepto de que un cuerpo perfecto femenino es aquél que luce extremadamente delgado, lo cual ha originado en millones de adolescentes del mundo el padecer trastornos alimenticios.
Espigadas modelos de 15 años sufren los estragos de la anorexia: se ejercitan hasta la extenuación total y se abstienen de comer al grado de casi morir de hambre. A pesar de su figuras exageradamente estilizada, las chicas se sienten y se ven a sí mismas obesas. Otras padecen bulimia, desorden que las lleva a ingerir una cantidad exagerada de alimentos y a padecer de gran culpabilidad y repulsión al aumento de peso que las obliga a devolver los alimentos lo más pronto posible. Sus vidas se convierten en una pasión por comer y correr a vomitar a escondidas. Tanto la anorexia como la bulimia se relacionan con problemas psicológicos de baja estima.
¿Baja estima en chicas hermosas del Primer Mundo? Los críticos sostienen que en una sociedad que mide el valor de la mujer por su belleza física, las chicas que han crecido con una falta de seguridad personal reciben un verdadero bombardeo cultural que influye en bajar peligrosamente su nivel de autoestima. Son pocas las que logran ese ‘look’ y muchas las que lo intentan y fracasan. La anorexia y la bulimia se han convertido en dos de los problemas más fuertes del sector salud a nivel internacional: la tasa de muerte en todo el planeta a causa de alguna de estas enfermedades representa el ocho por ciento del total de decesos ocurridos en todo el año.
El Centro de Desórdenes Alimenticios de Estocolmo denunció que varios cazatalentos del mundo del modelaje se acercan a las adolescentes que padecen delgadez extrema -muchas de ellas en silla de ruedas, pues no tienen la suficiente fuerza para mantenerse de pie- las abordan cuando las chicas salen de consulta y les proponen integrarse a una agencia de modelos. ¡Reciben halagos por su delgadez y una oferta de trabajo!
En un momento privilegiado en la historia en que la mujer ha probado su valor en la sociedad y en las distintas profesiones, los multimedios y el arte moderno se empeñan en representar a jóvenes famélicas, débiles, de mirada vacía. Canciones, películas, teatro, revistas y libros proyectan a la adolescente degradada por sus adversarios: víctima pasiva del mal trato, abuso y violación, en total indefensión.
Es de alto riesgo el circular imágenes de niñas como víctimas impotentes. Los críticos del arte moderno apuntan que la cultura popular tiene el poder de reflejar actitudes tanto como el de crearlas. Una cultura que dice a las chicas que son y serán irremediablemente víctimas de la sociedad, no es mejor que aquella que las representa como objetos sexuales. Psiquiatras y psicólogos advierten que los análisis no dejan duda: el principal criminal es la Anorexia Afectiva. ¿Qué es eso? Preguntamos. La anorexia afectiva adelgaza el corazón, demacra el alma y oxida los músculos que hacen sonreír. No existe medicina probada ni posible curación descubierta. A nadie le interesa encontrar la cura y los investigadores nada tienen que decir al respecto. La madre calla, los amigos lo saben, la gente lo ve, pero los promotores de la moda tienen la palabra.
Mary Pipher, autora del libro La Resurrección de Ofelia, habla sobre cómo rescatar el alma de las jóvenes adolescentes. Sostiene que las chicas están en apuros: el sufrimiento es extremo y universal. La presente obsesión de la anorexia y la bulimia obedece en parte a la glorificación de la joven esquelética y larguirucha que aparece en los desfiles de moda y en la portada de las revistas, así como en diversas manifestaciones de arte moderno.
El arte es importante para el espíritu y una sociedad sin arte es una sociedad sin alma. El sentido de belleza femenina ha sido modificado por el arte moderno. El verdadero arte a través de la historia siempre ha sido fuente de inspiración y siempre será poderoso: influye fuertemente en los sentidos y en el intelecto. Sin embargo, su fuerza subliminal puede inspirar o destruir.

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