LA COMEDIA POLÍTICA

Fidel, Fidel...

Por Dan T.
sábado, 3 de diciembre de 2016 · 00:00
Cierto día llegó Fidel Castro a una escuela primaria en Cuba y comenzó a platicar con los alumnos. De pronto, les preguntó:
--Bueno, niños, ¿y qué van a hacer el día que me muera?
--Yo haré un dibujo en su honor, comandante --dijo Leidy, mientras el pequeño Pepito permanecía en silencio.
--Yo me organizaré con mis amigos del barrio, comandante, para llevarle flores todos los días a su tumba --comentó con fervor revolucionario el pequeño Camilo. Y Pepito, en silencio.
--Pues yo sé que mi familia se reunirá toda e iremos juntos a presentarle nuestros respetos, sea donde sea que lo velen, querido comandante, pero nuestro mayor homenaje será vivir de acuerdo a los principios que nos inculcó --dijo al borde de las lágrimas la pequeña Celia, quien por supuesto era hija de un funcionario del Partido Comunista Cubano. Y Pepito, callado.
--Yo le compondré una canción --exclamó el niño Silvio.
--Y yo le haré una escultura en papel, porque no tenemos plastilina, querido comandante --dijo la niña Silvina.
--Pues yo le prometo, comandante, que el día que usted muera, tomaré la antorcha de la revolución para continuarla --le dijo un espía cubano disfrazado de alumno de primaria.
--Bueno, Pepito, ¿y tú por qué tan callado? --le dijo Fidel Castro al chamaco-- ¿Acaso serás de los que irán a escupir sobre mi tumba, Pepito?
--Eso jamás lo haré, comandante.
--Muy bien, Pepito. ¿Por patriota y revolucionario?

--No, más bien por güevón: no me gusta hacer ¡colas tan largas! Y para ir a escupirle en su tumba va a haber muuucha gente.

 

¿Viste las imágenes de los funerales de Fidel Castro? Miles y miles y miles de personas hicieron fila durante horas, para poder rendirle un último tributo al padre, amo y señor de la Revolución Cubana. Bueno, al menos eso es lo que dijo el gobierno de la isla. En realidad, creo, toda esa gente iba a asegurarse, de que el infeliz ¡estuviera muerto!
Es curioso cómo en México hay quienes le lloran a Fidel Castro. Quien lo hace es esa gente que alaba lo que creen que es el socialismo cubano, pero nunca lo han padecido. Presumen de los "logros” sociales, pero callan de lo lindo ante la pérdida de las libertades individuales. ¿De qué le sirve a Cuba ser un país sin alfabetismo si no hay nada qué leer que no sea propaganda oficial? ¿Qué objetivo tiene un servicio de salud con cobertura total, si los médicos huyen de la isla en busca de una mejor vida? Y lo peor: ¿qué tiene de digna una Revolución que se sostiene con la prostitución de mujeres y hombres? En fin.
Fidel Castro se salvó muchas veces de morir. Varias de ellas, fueron intentos fallidos por parte de Estados Unidos. Otro día, sin embargo, fue una cosa accidental. Estaba en una alberca, se resbaló, se pegó en la cabeza y comenzó a ahogarse dentro del agua.
Tres niños lo rescataron. Cuando Castro despertó les dijo que le pidieran lo que fuera.
--Yo quiero una muñeca que camine y hable --le dijo Malena.
--Y yo quiero un uniforme de beisbol --exclamó Orlando.
--Yo no quiero nada --dijo Pepito.
--Oye, chico, ¿cómo que no quieres nada? Recuerda que soy el jefe máximo de la Revolución. Te puedo dar cualquier cosa que pidas.
--Bueno, pues... yo quiero un ataúd blanco --dijo Pepito.
--¿Y eso por qué, Pepito? --preguntó extrañado Castro.
--Porque cuando mi papá se entere de que le salvé la vida, comandante, ¡me va a matar!

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