COLUMNAS
Desde el Vigia
El Papa Francisco tiene una visión real y profunda de México y durante su visita no evitará hablar de temas espinosos.
Lo anterior asegura el uruguayo Guzmán Carriquiry Lecour (Montevideo, 1944), consejero papal y el único laico que tiene un alto cargo en la Curia romana.
"Está sumamente informado sobre la situación de México. Estoy seguro que el Papa tiene una visión muy real y profunda de la situación y va a decir cosas muy importantes para levantar el ánimo del pueblo mexicano, para reavivar su tradición católica, para pedir a todos una conversión de vida”, dijo el vicepresidente de la Pontificia Academia para América Latina.
No sólo pretende reavivar la fe entre los connacionales, agregó, sino instar al liderazgo eclesiástico en el país a que tenga una presencia más activa en todos los ámbitos de la vida tanto de laicos como católicos.
El consejero del Papa sobre temas de Latinoamérica también enfatizó la importancia de los viajes pontificios a México.
"Llegan a ser acontecimientos de gran significación y repercusión”, destacó.
Hemos tenido la experiencia que el primer viaje de San Juan Pablo II a México fue decisivo para todos los viajes sucesivos.
Pienso, por eso, que el Papa ha estado acariciando la idea de viajar la idea de viajar a México desde el comienzo de su pontificado.
A mí me gusta decir que hay un antes y después de un viaje a México. Los Papas son siempre muy bien recibidos por los pueblos en sus viajes apostólicos, pero en México y las Filipinas el abrazo entre el pueblo y el pastor universal es impresionante, porque México es el más importante Estado hispanoamericano y, después de Brasil, es el segundo país en el mundo con el mayor número de católicos.
Guzmán Carriquiry sostuvo que México es un país cuyo pueblo ha recibido muchísimos dones, donde la evangelización ha calado hondo, y por eso es tan arraigada la religiosidad popular de los mexicanos.
"Es un país regado por la sangre de sus mártires, que ha dado vida a congregaciones y a movimientos como pocos otros. Pero, por otra parte, es también un país que es una gran frontera, que mira al norte y al sur, y por estar en todas las encrucijadas, está destinado a vivir tempestades, que pueden ser tanto desquiciantes como fecundas”, concluyó.
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