Hablemos de frente

La culpa no es de la redes

Por David Noceda León
martes, 24 de mayo de 2016 · 00:00

En una entrevista para La Jornada el queridísimo presidente de todos ustedes, Enrique Peña Nieto, aseguró que el malestar social que se vive en México es principalmente por las publicaciones que se comparten en redes sociales. Nuevamente la embestidura queda en ridículo y el PRI demuestra su incapacidad para gobernar en un mundo globalizado.

 

Eso que el presidente llamó como "la gran plaza pública” (redes sociales) no es un elemento ajeno a la toma de decisiones ni mucho menos un obstáculo para que los gobernantes desempeñen sus cargos en beneficio de los ciudadanos haciendo el trabajo correcto. Sin embargo, está fatalmente claro que la involución del sistema político mexicano lo arrastra cada vez más al suicidio.

 

La propaganda política durante este sexenio ha sido una de las más costosas y con resultados poco efectivos. Televisa se volvió la mano derecha de los gobiernos estatales y federal hasta el punto de controlar cada uno de sus movimientos. ¿Ya se les olvidaron las campañas a favor de la reforma energética? Esas donde se enardecían los ánimos al anunciar un incremento en el número de empleos y una baja en los precios de servicios como la luz y la gasolina.

 

"Ya chole con tus quejas” decía el video que en pocas horas se hizo viral y circuló en redes sociales hasta volverse un estorbo para la administración actual, pero cómo no íbamos a mofarnos de la incoherencia política y criticar el descaro de los gobernantes si parece que lo más importante aún en momentos de crisis, son las campañas políticas y no el desarrollo democrático y económico del país.

 

Las redes sociales no son las culpables de su mal desempeño señor presidente, la verdadera culpa es de los funcionarios públicos, los partidos políticos y los empresarios títeres que se prestan a la dinámica corrupta de este sistema. Quizá esta declaración fatídica venga a contexto frente a los conflictos sociales que se viven en Latinoamérica.

 

Brasil, Guatemala, Argentina y probablemente Venezuela, están dando lecciones a México de que los ciudadanos son más que instrumentos en la búsqueda del poder y el enriquecimiento ilícito. Los ciudadanos unidos pueden hacer lo imposible y si el único medio para manifestar sus molestias son las redes sociales, nadie tiene derecho de arrebatárselas o cambiar la moneda.

 Tenemos que dejar la personalidad incógnita que nos hunde en el anonimato de las redes sociales. Debemos de exigir justicia y respuestas a las autoridades, tanto que resolver y muy poco por celebrar aún con la iniciativa sobre los matrimonios igualitarios. Hace unos días un personaje conocido de la televisión decía, "somos un país de cobardes y eso nos hace a todos culpables de este gobierno”, espero que nuestra conciencia pronto despierte y hagamos lo que nos toca.

david.noceda@hotmail.com

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