Andanzas antropológicas

Pequeños detectives: taller infantil de arqueología “Jorge Serrano”

Por Arqlga. Enah Fonseca Ibarra*
jueves, 2 de junio de 2016 · 00:00

Uno de los campos fundamentales que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) debe abordar es la sensibilización de los niños para que conozcan, aprecien, valoren y protejan su patrimonio cultural arqueológico. En ese sentido, es fundamental que distingan las huellas que dejaron dispersas sobre el terreno los antiguos habitantes de Baja California. Uno de los esfuerzos para compartir dicho conocimiento consiste en la realización del taller infantil "Jorge Serrano” –en honor a uno de los arqueólogos pioneros mexicanos que dedicó su vida al estudio de los grupos que habitaron la región- en el marco de las actividades del llamado "Mayo: mes de la arqueología”.

 

¿Cómo sabemos los arqueólogos dónde hay campamentos, pinturas, petrograbados, talleres líticos, es decir, sitios arqueológicos? Primero, debemos caminar largas distancias a través de las costas, valles, sierras y desiertos poniendo mucha atención para identificar dónde están esos vestigios que nos hablan de un modo de vida que perduró en Baja California por más 13 mil años.

 

Para comprender esta fase del trabajo arqueológico, los niños juegan a ser detectives –usando lupas, mapas, reglas, brújulas, diarios de campo- para registrar todo lo que observan en un espacio donde recreamos esos contextos para que ellos puedan tocar y conocer las herramientas que usaban, las conchas de los moluscos y los huesos de animales que consumían, los fogones que realizaban para cocinar y calentarse y las pinturas y petrograbados que diseñaban los cazadores-recolectores-pescadores bajacalifornianos.

 

Pero no toda la información que recuperamos los arqueólogos está, únicamente, en la superficie de la tierra. Este es solamente el punto de partida. Una vez identificados los espacios, es necesario realizar una excavación arqueológica –que implica mucha paciencia, detalle y cuidado- para recuperar la información guardada debajo de la tierra. Ahora, ya con brochas e instrumentos muy finos, vamos develando los secretos ocultos del pasado.

 

Los niños, a través de aplicar las técnicas de excavación, fueron identificando las diferentes capas de información que los arqueólogos podemos encontrar en los sitios arqueológicos. Así, conocieron distintas áreas de actividad: un entierro humano y sus objetos asociados, un área de preparación y consumo de alimentos, hasta cómo se verían los restos de una misión después de ser abandonada.

 

Sin embargo, generar conocimiento no tiene sentido si no se comparte y si no llega a la sociedad. Por ello, la última sesión del taller estuvo enfocada en que los niños –a través de crear un pequeño teatro con títeres que representaban diferentes cuentos de los grupos nativos de Baja California- comprendieran y transmitieran el aprendizaje adquirido de una forma diferente y divertida.

 Consideramos que el contacto con la sociedad es indispensable para lograr –en conjunto- proteger y conservar el patrimonio cultural bajacaliforniano. Esperamos que este tipo de talleres y actividades logren contagiar a niños, jóvenes y adultos de la pasión por el conocimiento del pasado.

 

*La autora es profesora-investigadora del Cinah-BC.

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