Hablemos de frente

¿Hacia dónde vamos?

Por David Noceda León
martes, 20 de septiembre de 2016 · 00:00

Con la serie de acontecimientos desafortunados que se han presentado este año para Peña Nieto y su equipo superestrella, nuestra atención se ha ido desviando de temas tan relevantes como el avance del narcotráfico en el sureste de México y el endeudamiento público de entidades donde ya surgieron los presidenciables autonombrados. Uno de esos estados es Puebla, pues el gobernador Rafael Moreno Valle posiciona su imagen y "trabajo panista” plasmándolo en espectaculares que llegan desde la zona metropolitana hasta la frontera norte en lugares como Ciudad Juárez y Tijuana.

 

Poco se dice del pesar poblano para los próximos treinta años con su deuda pública superior a los 20 mil millones de pesos y de los compadrazgos políticos que han traído a toda una serie de personajes importantes a la competencia electoral local. Se habla menos del estancamiento económico y del aislamiento empresarial que extermina a los jóvenes universitarios que llegan de todo el país.

 

Desde finales del 2006, Puebla es uno de los lugares preferidos para los estudiantes del sureste y noreste de la república, no sólo por la seguridad que ofrece sino por su ubicación geográfica. Pese a las múltiples maravillas que pueden verse en la tierra morenovallista, la realidad es que los feminicidios aumentan (llegando a 200 para este mes), los presos políticos desaparecen y la expropiación de tierras para concesionarlas a corporativos internacionales se ha vuelto un tema diario del que muchos deciden no hablar en público.

 

La represión se ha frenado por ambiciones político-electorales desde hace unos meses pero esa Puebla que tanto se presume en cadena abierta no es más que una pantalla de una sociedad que exige a gritos un avance en todos los sentidos imaginables. Los Zetas hicieron acto de presencia durante el verano, haciendo levantones y dejando decapitados con narco mensajes sin que un solo funcionario público retomara los hechos de la forma correcta. Tal y como siempre lo he señalado, en este país los grandes culpables NO son los que pertenecen al crimen organizado sino las autoridades que permiten y fomentan la impunidad y la corrupción.

 

En lo que nuestro presidente se mantiene ocupado con la búsqueda de sus documentos oficiales (ahora "inexistentes), el narcotráfico aprovecha la debilidad política de los estados para penetrar de forma mucho más violenta y profunda en la sociedad. Vivimos en una época donde los impuestos suben y los salarios bajan para los menos privilegiados, eso sí, los diputados, senadores y el mismo Peña recibirán un aumento sin importarles el famoso recorte que anunciaron a diferentes instituciones de gobierno.

 Por el estado de Puebla pasan desde tiempos inmemorables las rutas más prolíferas del comercio nacional e internacional y sus migrantes son un pilar trascendental de la economía del país, más esto estará cambiando en los próximos años. La clase política local metida desde hace décadas en escándalos sigue siendo una burla hipócrita hacia el conservadurismo, son entes ausentes y multimillonarios al igual que el sector empresarial que impide la llegada de la innovación o negocios no tradicionales. A Enrique Peña Nieto no intervenir en Puebla le traerá consecuencias negativas a su partido y la estabilidad en términos no violencia en la zona metropolitana. Esperemos que antes de que el narco se adueñe de la puerta comercial entre Norte y Sur, los políticos dejen de hacer campaña anticipadamente.

david.noceda@hotmail.com

...

Comentarios