DESDE HOLANDA

Echando porras

Por Dianeth Pérez Arreola
miércoles, 18 de enero de 2017 · 00:00
El día que escribo esto, es apenas el posterior a la marcha nacional del domingo 15 de enero. Por la diferencia de horario apenas voy terminando de ver todos los videos y fotografías de las marchas en diferentes ciudades del país.
No saben qué ganas de estar ahí. Muchas veces los holandeses me preguntaron que por qué la gente no protestaba por lo que pasaba en México, que cómo era posible que las cosas funcionaran cómo funcionan y que nadie se quejara. Pues por fin México despertó. No más explicaciones sobre la apatía.
Las marchas fueron un éxito, no hubo violencia, fue una movilización cien por ciento ciudadana, y hubo reclamos a todos los niveles de gobierno y a todos los representantes.
La comunidad de mexicanos en el exterior es como un México chiquito. Hay muchos desinteresados de la política, pero también muchos que tratamos de poner nuestro granito de arena en la construcción de un México mejor.
Lo que nos mueve a hacer acciones por México desde el extranjero es la rabia que sentimos al saber que la justicia en México no existe, que la desigualdad es terrible, que la clase política es ambiciosa e insensible y que la inseguridad aumenta.
Muchos queremos regresar, pero las cosas tienen que cambiar si queremos que nuestros hijos crezcan en México. Fue de verdad muy emocionante ver las numerosas manifestaciones, hombres, mujeres, niños, jóvenes y no tan jóvenes, gente de todas las clases sociales pidiendo un cambio.
En todo México exigieron reversa al gasolinazo y la renuncia de Enrique Peña Nieto, pero en Mexicali con una impresionante manifestación de alrededor de 45 mil personas, también pidieron reversa a la Ley del Agua y la renuncia y juicio político al gobernador Kiko Vega, quien según diversos medios de comunicación tiene 60 propiedades en México y Estados Unidos.
Empezaba la noche en Europa a la hora de las protestas, pero muchos las seguimos a través de internet y las redes sociales. Se me enchinó la piel al ver el video de la manifestación en mi ciudad natal, Mexicali, con 45 mil voces entonando "El Cachanilla”.
Vivir fuera del país no son unas vacaciones indefinidas. Es vivir con el corazón partido en dos; es ver a México en las noticias y saber de antemano que se trata de una nueva masacre; es vivir comparando todo con México y desear que las cosas se parezcan un poquito a como son en nuestros países de residencia.
Esta vez poco eco ha tenido en la prensa holandesa la manifestación nacional del domingo, al menos no la misma atención que le dedicaron a los saqueos de principio de año, pero no importa. Las redes sociales y los sitios de noticias nos bastan a quienes seguimos de cerca lo que pasa en México. Qué no baje el ánimo, que el descontento no se diluya y que nadie baje la guardia en el legítimo derecho a manifestarse y a exigir cambios. Los sigo a todos con alegría y admiración.

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