COLUMNA CETYS

No subestimen el poder de la marca al emprender

Por Daniel Durán Siqueiros
miércoles, 18 de enero de 2017 · 00:00
"¿Qué nos depara el futuro?” Esa pregunta, que posee respuestas inciertas, recorre la mente de muchos emprendedores mexicanos hoy en día. Esa ligera oscuridad que se encuentra al frente de muchos proyectos nuevos puede frenar su avance, pero sólo se necesita de un poco de paciencia y esfuerzo para darse cuenta que es posible, aún en estos tiempos difíciles, darles vida.
Uno de los puntos importantes a resaltar al momento de emprender es sobresalir y esto se puede lograr de muchas maneras. Lo principal es tener un producto único, diferente o que destaque de entre los demás, pero eso ya no es suficiente. Al vivir en un mundo saturado de información, es necesaria la proyección y esto se logra a través de la marca.
Pero ¿qué es la marca? Nada más y nada menos que la identidad de tu producto o servicio. Es el vínculo cliente-producto, o si nos ponemos románticos, es la forma perfecta de enamorar a tu cliente con sólo un vistazo. La marca se compone de varios elementos y va a definir identidad, personalidad e incluso el cliente del producto.
Son tres partes básicas a considerar y la primera es la más importante (y en ocasiones, la más difícil de definir) el nombre.  El nombre le dará la identidad a tu producto y comenzará a definir su personalidad. Como recomendación un nombre no debe estar compuesto por más de dos palabras, debe ser de fácil pronunciación para que el cliente pueda memorizarlo, que sea agradable al escucharlo y que destaque ya sea por su asociación o por algún detalle novedoso, como un acento inusual o alguna letra diferente que no perjudique la visual o la ortografía, aunque hay algunas reglas que se hicieron para romperse, pero no todas.
Como consecuencia del nombre, entra el segundo elemento, el logo. Este va a definir en su totalidad, en conjunto con el nombre, la personalidad del producto. Las opciones son ilimitadas,  y se requiere de un análisis detallado para poder conocer las necesidades gráficas de un producto y que este pueda ser aceptado en el corazón del cliente.
Existen 4 tipos de logo que es recomendable considerar: El logotipo se compone sólo de palabras; el isotipo es un símbolo (imagen) que define a la marca sin necesidad de mostrar el nombre y con ese icono se distingue; el isologo que fusiona una imagen con las letras del nombre y funcionan sólo en conjunto; y el más común, el imagotipo, que se representa por una imagen y texto (el nombre del producto) estos pueden usarse juntos o separados sin temor a que pierdan el significado.
El último componente de la marca es la imagen que va a complementar el concepto, esto se puede definir con un slogan o campaña publicitaria, esto no sólo complementa la personalidad del producto, ayudará a definir un segmento del mercado a quien va dirigido el producto y debe manejarse con extremo cuidado para que el mensaje llegue al cliente, donde lo más recomendable es mover fibras.
Respondiendo a la pregunta inicial, en la actualidad las personas buscan experiencias y si logran que un cliente sienta algo en su mente o corazón, no hay más qué hacer, la venta es inevitable. Con la guía correcta, les depara un emprendimiento exitoso.

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