Columnas

Día del Señor

Por Padre Carlos Poma Henestrosa
domingo, 22 de enero de 2017 · 00:00
III Domingo Tiempo Ordinario Ciclo "A”
 
"Jesús les dijo: ‘Síganme y los haré pescadores de hombres’. Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron” (Mt 4, 12-23)

Padre Carlos Poma Henestrosa
El Evangelio de hoy, nos narra la invitación de los primeros discípulos: Pedro, Andrés, Santiago y Juan. También tengamos en cuenta hoy que el Señor nos escoge y nos llama a todos para ser sus discípulos y seguidores. El Señor llama de muchas maneras y en diferentes circunstancias a lo largo de toda nuestra vida. Hemos sido escogidos por El para seguirle. Les dijo a sus primeros discípulos. "Ven y sígueme”, y eso mismo nos dice a cada uno de nosotros también.
Seguirle a Cristo implica muchas veces ir contra la corriente, ir contra lo que el mundo nos propone. Seguirle a Él es ser como Él y es hacer como Él. Seguirlo a Él es, buscar la Voluntad de Dios y no la propia. Es hacer y ser lo que Dios quiere y no lo que yo quiero.

La vocación es la respuesta a una llamada que el hombre recibe de Dios. Quien toma la iniciativa es el Señor. Muchos seguían a Jesús de forma interesada: porque hacía milagros, porque pensaban que les iba a ofrecer poder u otros beneficios. Jesús, en cambio, busca hombres que se dejen seducir por su palabra y su fuego, que se apasionen con sus proyectos y su estilo de vida.

Hay dificultades que hacen, a veces, difícil el seguimiento de Jesús. La primera es la radicalidad, la entrega total que El propone: hay que estar dispuesto a dejarlo todo para seguirlo. Así lo hicieron aquellos pescadores que, dejando las redes, la barca y hasta a su padre (los hijos de Zebedeo), y lo siguieron. Los apóstoles estaban trabajando cuando Jesús los llamó y también ellos respondieron con prontitud y generosidad. De ese modo iniciaron la más bella y audaz aventura que jamás pudieron soñar. Nunca olvidarían aquel encuentro, nunca abandonarían el camino emprendido en aquellos momentos. Camino de luchas y renuncias, pero camino de luz y de gloria.

También ahora Jesús pasa a nuestro lado. Nos ve quizá entretenidos en nuestra tarea diaria, distraídos en nuestro trabajo. Nos mira como miró a Pedro y nos dice que le sigamos, que quiere hacernos pescadores de hombres, que quiere encendernos para que seamos anunciadores de la Luz. Las "barcas” y "las redes”, nos retraen quizá, lo mismo que les ocurriría a los primeros discípulos. Pero como ellos hemos de mirar hacia delante y no hacia atrás, fijarnos en la Luz que está al fin del camino y ser valientes para recorrerlo.

A cada uno de nosotros nos invita Jesús a seguirlo. ¿Cómo podemos responder a ese llamado que Jesús nos hace aquí y ahora? La respuesta a esta pregunta depende de nuestra disposición radical a dejar las redes.

Que nuestra respuesta generosa de seguir a Jesús, sea de todos los día; que Él los bendiga hoy acompañe proteja siempre

cpomah@yahoo.com

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