COYUNTURA
Despertando a Trum…padas
Por Eloísa Talavera Hernández
México es un país que sabe salir adelante, que se crece al castigo y que finalmente saca la casta; lo lamentable es que generalmente lo hace cuando tiene la soga al cuello, cuando ya se sufrió mucho y generalmente de manera innecesaria, la historia así lo muestra y hoy, que estamos en una "coyuntura” muy poco favorable para el país, se puede advertir un movimiento de cambio importante.
La tóxica reforma fiscal de Enrique Peña Nieto y su afán por recaudar a pesar de incrementar todos los niveles de pobreza en México, para fines de grupo, personales y electoreros, lo ha llevado a tomar decisiones tan negativas para el país que derivaron el primero de enero en un gasolinazo que fue la gota que encendió al país; lo hemos visto en marchas multitudinarias, en protestas incluso violentas y en expresiones legítimas de hartazgo y encono social.
A esto se suma el pésimo manejo de la política exterior de la presidencia de la república, que se ha visto lenta, sin rumbo, sin visión de Estado y con una falta de liderazgo que nos ha puesto vulnerables ante las amenazas del presidente Donald J. Trump.
Lo cierto es que el ascenso de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, puede ser un catalizador para que México de una vez por todas le dé la cara al mundo y decida diversificarse,
Y es que el grave problema de México es que a pesar de su potencial productor y exportador, el 80% de nuestras exportaciones totales son precisamente a Estados Unidos, lo que hace que la nuestra, sea una dependencia "tóxica” al vecino del norte.”
Y la relación es totalmente injusta, ya que la balanza comercial con Estados Unidos es muy desigual, siendo que ellos exportan a México tan solo un 16% de sus ventas totales al extranjero.
Es necesario recordar que México es el país que tiene el mayor número de acuerdos comerciales con otras naciones del mundo, lo que representa la oportunidad de explorar mercados que ya tienen una apertura comercial para disminuir la dependencia con Estados Unidos.
Ahora, México ha intensificado su presencia en la región Asia Pacífico en menos de una década gracias al Mecanismo de Cooperación Económica, que representa casi 60% de la producción del mundo.
Nuestro país ingresó en 1993 a este mecanismo conformado a la fecha por 21 economías que, en conjunto, representan cerca del 40% de la población del mundo, 58% del PIB global y 49% del comercio mundial según cifras de 2013.
Se trata de la región más dinámica del planeta y México está preparado para tener la posibilidad de acceder a los mercados mundiales en una forma que beneficie al país, lo que representaría divisas, empresas y empleos.
Y hay que decirlo, esta circunstancia, ante las amenazas y acciones realizadas por el presidente Trump, representan para el país la oportunidad de dar un nuevo giro e impulsar la economía del conocimiento con economías sólidas como la de China o Inglaterra.
De persistir el contexto económico y coyuntural actual, el gobierno de Peña Nieto solo tiene dos medicinas para hacer competitivo al país; una la depreciación de la moneda con sus respectivas consecuencias y la que no ha tomado en cuenta, apostarle a la competitividad nacional a través de políticas públicas innovadoras como la economía del conocimiento a través de la cual, potenciaría nuevas industrias, abriría nuevos mercados, generaría empresas de alta calidad y con ello empleos bien remunerados lo que se traduciría en más divisas para el país. Invertirle al capital humano y hacer más competitiva a las personas.
El gravísimo riesgo que corremos como nación, es que el gobierno federal continúe por el camino de la medicina fácil que se llama "Devaluación”, esquema que nos han recetado y aplicado en otras décadas con sus respectivas consecuencias.
Lo muy preocupante es que no veo que Peña Nieto saque la casta por México y los mexicanos y que impulse nuevas alternativas económicas que existen como la innovación y el conocimiento, por lo que continuar por esta ruta que hoy tiene a nuestra moneda en 22 pesos por dólar, pudiera ser la antesala de una crisis mucho más grave de paridad intercambiaría al final de su sexenio.
En el próximo periodo ordinario de sesiones presentaré una iniciativa en la que se convoquen a los diversos sectores productivos y exportadores, para definir una ruta que desde el legislativo favorezca la implementación de estrategias que permitan la diversificación, la inversión en capital humano y disminuyan la dependencia a los Estados Unidos.
La tóxica reforma fiscal de Enrique Peña Nieto y su afán por recaudar a pesar de incrementar todos los niveles de pobreza en México, para fines de grupo, personales y electoreros, lo ha llevado a tomar decisiones tan negativas para el país que derivaron el primero de enero en un gasolinazo que fue la gota que encendió al país; lo hemos visto en marchas multitudinarias, en protestas incluso violentas y en expresiones legítimas de hartazgo y encono social.
A esto se suma el pésimo manejo de la política exterior de la presidencia de la república, que se ha visto lenta, sin rumbo, sin visión de Estado y con una falta de liderazgo que nos ha puesto vulnerables ante las amenazas del presidente Donald J. Trump.
Lo cierto es que el ascenso de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, puede ser un catalizador para que México de una vez por todas le dé la cara al mundo y decida diversificarse,
Y es que el grave problema de México es que a pesar de su potencial productor y exportador, el 80% de nuestras exportaciones totales son precisamente a Estados Unidos, lo que hace que la nuestra, sea una dependencia "tóxica” al vecino del norte.”
Y la relación es totalmente injusta, ya que la balanza comercial con Estados Unidos es muy desigual, siendo que ellos exportan a México tan solo un 16% de sus ventas totales al extranjero.
Es necesario recordar que México es el país que tiene el mayor número de acuerdos comerciales con otras naciones del mundo, lo que representa la oportunidad de explorar mercados que ya tienen una apertura comercial para disminuir la dependencia con Estados Unidos.
Ahora, México ha intensificado su presencia en la región Asia Pacífico en menos de una década gracias al Mecanismo de Cooperación Económica, que representa casi 60% de la producción del mundo.
Nuestro país ingresó en 1993 a este mecanismo conformado a la fecha por 21 economías que, en conjunto, representan cerca del 40% de la población del mundo, 58% del PIB global y 49% del comercio mundial según cifras de 2013.
Se trata de la región más dinámica del planeta y México está preparado para tener la posibilidad de acceder a los mercados mundiales en una forma que beneficie al país, lo que representaría divisas, empresas y empleos.
Y hay que decirlo, esta circunstancia, ante las amenazas y acciones realizadas por el presidente Trump, representan para el país la oportunidad de dar un nuevo giro e impulsar la economía del conocimiento con economías sólidas como la de China o Inglaterra.
De persistir el contexto económico y coyuntural actual, el gobierno de Peña Nieto solo tiene dos medicinas para hacer competitivo al país; una la depreciación de la moneda con sus respectivas consecuencias y la que no ha tomado en cuenta, apostarle a la competitividad nacional a través de políticas públicas innovadoras como la economía del conocimiento a través de la cual, potenciaría nuevas industrias, abriría nuevos mercados, generaría empresas de alta calidad y con ello empleos bien remunerados lo que se traduciría en más divisas para el país. Invertirle al capital humano y hacer más competitiva a las personas.
El gravísimo riesgo que corremos como nación, es que el gobierno federal continúe por el camino de la medicina fácil que se llama "Devaluación”, esquema que nos han recetado y aplicado en otras décadas con sus respectivas consecuencias.
Lo muy preocupante es que no veo que Peña Nieto saque la casta por México y los mexicanos y que impulse nuevas alternativas económicas que existen como la innovación y el conocimiento, por lo que continuar por esta ruta que hoy tiene a nuestra moneda en 22 pesos por dólar, pudiera ser la antesala de una crisis mucho más grave de paridad intercambiaría al final de su sexenio.
En el próximo periodo ordinario de sesiones presentaré una iniciativa en la que se convoquen a los diversos sectores productivos y exportadores, para definir una ruta que desde el legislativo favorezca la implementación de estrategias que permitan la diversificación, la inversión en capital humano y disminuyan la dependencia a los Estados Unidos.
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