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Trump se equivoca

Por Jorge A. Meléndez
martes, 24 de enero de 2017 · 00:00
"Toyota dice que construirán una nueva planta en Baja California, México, para fabricar Corollas para (vender en) Estados Unidos (EU). ¡Ni de chiste! Traigan la planta a EU o paguen un gran impuesto fronterizo”.
Uno de los múltiples tweets del Presidente Naranja para traer "a huevito” puestos de trabajo de regreso al vecino país y así ser "el productor de empleos más grande que Dios haya jamás creado”.
Palabras de un bully que aunque parecen funcionar, reflejan una postura totalmente errónea que terminarán por dañar a EU. Veamos.
"La principal razón por la cual Trump no puede traer de vuelta los empleos a EU es que no hay donde ir a buscarlos. Se han perdido en gran medida por la eficiencia”.
Parte de un revelador análisis del sitio Knowledge Wharton (KW) que explica una paradoja: la manufactura en el vecino país perdió 7 millones de empleos al mismo que tiempo que produce hoy más que nunca. Imagine, según datos de la Reserva Federal, respecto a 1984 producen dos veces más con 33 por ciento menos empleos. ¿Y sabe por qué?
"Fue básicamente la tecnología. El 80 por ciento de los empleos perdidos no fueron reemplazados por mano de obra china sino por máquinas y automatización”, explica Anne Harrison, profesora de Wharton.
Claro que aparte del progreso tecnológico la explicación también tiene que ver con lo caro de la mano de obra. Por ejemplo, según el Wall Street Journal (WSJ) el pago promedio por hora en la industria automotriz en EU es 23.8 dólares. ¿Y en México? ¡3.3 dólares!
Dado que un estadounidense promedio quiere productos de calidad a buen precio, las empresas buscan producir eficientemente. Por eso tienen cadenas de suministro globales e imponerles aranceles a importaciones como pretende Donaldo dañaría al mismo EU.
"Si se impusieran aranceles a México y China, haría que nuestra manufactura fuera menos competitiva”, explica Harrison a KW.
Otro error de Trump es atribuir el éxito de México como exportador tan sólo a la diferencia en costos de mano de obra. Tomemos de nuevo a la industria automotriz para profundizar en esta falacia naranja.
Su éxito en México es indiscutible. Según Bloomberg, armadoras automotrices han anunciado para el año 2019 inversiones acumuladas en México por 22 mil millones de dólares que generarían 25 mil empleos. Por eso Trump las tiene en la mira. Lo que no entiende es que vienen a México por más que mano de obra barata.
"Otra de las ventajas clave (de México) es que tiene acuerdos de libre comercio con 44 países mientras que EU apenas los tiene con 20 naciones”, explica un reportaje reciente de Bloomberg.
El sitio especializado le pone números a la ventaja de México analizando el costo de producción de un sedán mediano con valor de venta de 25 mil dólares. Revise los números, interesantísimo:
--600 dólares menos por mano de obra.
--300 dólares más en costos de transporte.
--Mil 500 dólares menos por autopartes baratas (mano de obra)
--2 mil 500 dólares menos por ahorros en aranceles.
La ventaja mexicana es enorme y suma 4 mil 300 dólares, 17 por ciento del precio del vehículo. Pero 58 por ciento de la misma se debe a tratados comerciales. Y concluye Bloomberg: si Trump quiere que regresen empleos a EU bien haría en buscar el mercado abierto que México ha creado. ¡O sea abrirse más, no aislarse! Se equivoca, Mr. Trump.
Sume un error final a las ideas del magnate: los norteamericanos quizá no quieran un empleo en una línea de manufactura. Es cierto, pagan en promedio 20 por ciento más que un empleo de servicios. Pero son rutinarios y duros.
Para muestra, el botón que reseña KW de una planta en la que GE Appliances en la que tras amplias negociaciones sindicales, invirtió mil millones de dólares para mantenerla en Kentucky.
¿Y después? ¡No pudieron retener al personal! De locos: "encontraron que era un trabajo desagradable y GE no pudo mantenerlos. Dejaron su puesto al tercer día”, explica Morris Cohen, profesor de Wharton.
El final de esta saga ilustra lo que podría pasar con los planes de Trump: ¡GE terminó vendiendo esa planta a una empresa china!
A fin de cuentas, la globalización está basada en racionalidad. Y en la economía tarde o temprano la racionalidad termina por imponerse.

En pocas palabras.
"La diferencia entre estupidez y genialidad es que la última tiene límites”, Albert Einstein

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