HABLEMOS DE JUSTICIA…

Nuevo Sistema de Justicia Penal

Por Daniel Valeriano Aguilar
domingo, 12 de noviembre de 2017 · 00:00

Buen día estimados lectores, hoy se cumple un año de haber empezado la presente columna, esperando les sea de utilidad y agrado, ya que se escribe con la mejor de las intenciones, pero sobre todo se dedica el tiempo en la escritura y transmisión de conocimientos para que los receptores de este importante medio de comunicación tengan al alcance las herramientas necesarias al momento de encontrarse ante un proceso penal ya sea en defensa o acusación, que conozcan los medios alternos de solución de conflictos, de la mediación, del procedimiento abreviado y ordinario, de los recursos de impugnación etc., para conmemorar el primer aniversario se dedicará el presente artículo a hacer una breve reseña del Nuevo Sistema Penal y su entrada en vigor en la república mexicana.

Desde la reforma constitucional en el Diario Oficial de la Federación de fecha 18 de junio del 2008, se pronosticó una transformación del Sistema Penal Mexicano, pues este importante cambio abarca varios ámbitos del sistema que tiene que ver con nuestro entorno y vida diaria, tales como la seguridad pública, la procuración de justicia, la administración de justicia y la ejecución de las penas. A pesar de la opinión de muchas personas, la presente reforma al Sistema Penal era urgente y necesaria, no se niega que esto ha provocado descontento e inseguridad en algún sector de la sociedad, pero aun así era fundamental dicha implementación, pues se requería entrar en la modernización del sistema y dejar atrás el procedimiento inquisitivo, donde el Ministerio Público tenía facultades en demasía, dejando en desventaja a los inculpados de un delito, así como a los propios defensores de estos, pero también descuidaba a la víctima u ofendido, pues se enfocaba más al castigo de quien infringía la ley que a la reparación del daño.

Mucho se ha hablado del aumento de la incidencia delictiva en razón del Nuevo Sistema Penal, que la sociedad aún no estaba preparada para esta modernización tan drástica, pero la verdad es que en algún momento tenía que entrar en vigor y que la transición afectaría, pero es cuestión que los operadores relacionados con el Sistema Adversar se organicen y preparen con la mayor rapidez posible, principalmente el primer respondiente como son los cuerpos policiales ya que de ellos depende en mucho el resultado de los procesos penales.

Tal vez si se volteara a ver el principal flagelo generador de delitos, como son las drogas, enfocándose los tres poderes de gobierno a abatir el problema de raíz, podría ser otra la realidad, aunque no se niega que existen otras áreas en las que se debe dar también prioridad, como son los valores sociales, la cultura y el empleo, entre otros.

Recuérdese que la reforma penal llegó con dos objetivos prioritarios, que los operadores del sistema tuvieran mayores incentivos para realizar mejor el trabajo, de manera transparente para abatir la impunidad y por otro lado poner a México en el mejor nivel de los estándares internacionales en materia penal.
 

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