EL GABACHO GACHO

Limpiemos Ensenada y mantengámosla limpia

Por Le Roy José Amate*
jueves, 23 de febrero de 2017 · 00:00
En los años cincuenta tuve la oportunidad de cazar venados, faisanes y codornices en las colinas de Oakland, California; también pescaba almejas, ostras y abulón en la Bahía de San Francisco. Todo eso se acabó a partir de 1965. Quince años de construcción de carreteras y áreas residenciales tuvieron un alto costo. Los desechos residenciales e industriales vertidos en la bahía eliminaron la mayoría de las especies marinas. Cuando visité Ensenada en 1980, encontré un lugar en donde podía aún practicar la caza y la pesca tal como lo había hecho veinte años atrás. Eso fue lo que me convenció en quedarme en esta hermosa ciudad.
En ese entonces se podía capturar lenguado en el estuario de Punta Estero; había dunas de arena en donde podíamos capturar camarón. Las aves migratorias se daban un festín con la vida marina. Nuestro gran estuario era un importante lugar en el camino de las aves migratorias.
Después vino Carlos Terán con sus proyectos de Baja Beach & Tennis Club, con cuya construcción y posterior desalojo se ocasionaron pérdidas por noventa millones de dólares. El daño perpetrado al ambiente era inconmensurable. Las máquinas arrasaron con las dunas y destruyeron lagunas y con ello, la población de camarón cristal.
La empresa francesa llamada Boss Pacific hizo lo suyo al bloquear el flujo del estuario con una laguna para uso industrial. La empresa quebró y dejaron un desastre ambiental. Terán y la empresa francesa afectaron el flujo de agua, de tal forma que el estuario ya no puede desazolvar impurezas como antes. El estuario está lleno de metales pesados que fluyen desde el puerto, la parte sur es una zona muerta y ya no llegan más aves marinas
Los corrales de atún han causado escasez de carnada. Una flotilla de barcos equipados con luces nocturnas que opera las 24 horas ha expulsado a los delfines de nuestra bahía y ha eliminado la carnada para el atún aleta amarilla, las playas están plagadas de carcazas de focas muertas. Algunos dicen que son pescadores quienes les disparan para competir por carnada, todo para satisfacer a aficionados del sushi en Japón.
Hace  trece años compré mi casa en una ladera en Valle Dorado. La casa tiene una magnífica vista a la Bahía de Todos Santos. El patio trasero era pura naturaleza, había un canal que acumulaba agua de lluvia y los grillos y sapos nos daban serenata.
De nuevo estaba en contacto con la naturaleza, correcaminos, víboras, lagartijas, alacranes y tarántulas formaban parte de nuestras vidas. Incluso en nuestro techo anidaron águilas pardas y había abejas que nos dejaban miel.
Ahora los caminos están llenos de desperdicios, el canal es un basurero, ahí tiran incluso refrigeradores, sofás y muebles. Debido parcialmente a la sequía ya no hay más correcaminos o víboras. Ya no anidan aves en los techos. El paraíso ha desaparecido debido en parte a la naturaleza irrespetuosa de algunas personas.
El turismo también se ve afectado. Hay basura y colillas de cigarro por todos lados, en parques, monumentos y playas. Es importante ir creando conciencia de no tirar basura. Esto se puede hacer a través de la educación, y los medios de comunicación pueden colaborar mediante campañas que vayan creando el respeto por el medio ambiente. Las nuevas generaciones pueden crecer con este valor de preservación del medio ambiente.
Por este medio, pido a las escuelas y los medios de Baja California seguir el camino del "desarrollo consiente”. Los biólogos nos dicen que el estuario se puede restaurar, sólo se requiere voluntad política.
Únase a mí en una campaña para limpiar Ensenada y reparar nuestro hermoso estuario.
Llámeme: al 646 176 67 59 o 1542869, Celular: 179 79 17 at 646 1766759 or 1542869, CELL 1797917

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