BAJO PALABRA

Entredichos

Por Hadassa Ceniceros
viernes, 21 de abril de 2017 · 00:00
La duda como modo permanente ante los acontecimientos públicos se ha convertido en casi la única forma de asumir las noticias acerca de la llamada "aplicación de la justicia”
Gobernadores aprehendidos como resultado de las investigaciones internacionales, ojo, no mexicanas, se aprecian como actos seleccionados en busca de cierto efecto en la opinión pública, principalmente el más reciente del sr. javier duarte -así en minúsculas-, contraria la voluminosa figura y al montón de dientes que consideró conveniente exhibir durante su captura.
Dicen entre tantas opiniones, que la maniobra tiene tintes electorales, que la desesperación por el rumbo que puedan tener los resultados de la elección para gobernador en el Estado de México.
En la búsqueda de impactar de forma medianamente positiva a la ciudadanía, tendrían que ir por cuatro o cinco más de recientes y diversas administraciones estatales en todo el país.
Encuestas van y vienen en pretendida intención de medir las preferencias electorales y al parecer los resultados reales nomás no satisfacen, a quienes pretender continuar con la tradición ganada a golpes de imposiciones, al grupo Atlacomulco.
Preocupado, asustado y enojado EPN recurre a un dicho, acuñado hace tiempo en los terrenos de la fiesta brava. Imposible repetir en este espacio el tal dicho.
Se entiende, quiso decir que con nada se contenta la ciudadanía o la opinión pública, podría haber recurrido al cuento del viejo el niño y el burro al pasar por distintos pueblos pero tal vez no conozca esa historia. Podía haber recordado que hasta el mínimo gesto es un mensaje. Le ganó la rabia y le saltó el vulgar y machista personaje que vive dentro de él.
El sr. presidente (sigo con minúsculas) no entiende que no se gobierna a gusto de alguien (o alguienes), sino que tendría que ser un ejercicio democrático, transparente, equilibrado, honesto y justo.
En algún discurso pasado se refirió el  mandatario a la corrupción como un hecho cultural de los mexicanos, no es así, pero tomando como cierta esta afirmación tenemos décadas de ser gobernados por los ¡más cultos! (sarcasmo)
El pez por la boca muere. (Dicho popular)


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