COYUNTURA
Competitividad de BC en terapia intensiva
Por Eloísa Talavera Hernández
Baja California perdió capacidad para atraer y retener talento e inversiones en materia de competitividad, de acuerdo al Índice de Competitividad Estatal 2016 (ICE) que realiza el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), la entidad descendió del lugar 17 en el 2012 a la posición 25 en el 2014 a nivel nacional, por lo que fue el estado que más retrocedió en el ranking general.
Lo anterior es consecuencia de una caída de 15 posiciones en el subíndice Gobiernos impulsada por un retroceso de 56 a 48 en la calificación del Índice de Información Presupuestal Estatal y por un aumento en la proporción de hogares que se surtieron de agua por pipa (de 1.1 a 5.6 por ciento).
El sector empresarial de Baja California atribuye el retroceso en gran medida, a los altos índices de corrupción y al incremento imparable de la inseguridad en el Estado.
El fenómeno de la inseguridad en Baja California va alimentando en el tejido social una carga negativa que ya tiene consecuencias en la dinámica diaria de miles de familias en el Estado.
Independientemente de la llamada guerra de posiciones o de la plaza que aparentemente se disputan cárteles del narcotráfico, el robo a mano armada, la extorción, el robo domiciliario con violencia y el robo de vehículos va a la alza en todo el estado y esto lacera directamente la competitividad de Baja California y con ello, la forma de vida de millones de Bajacalifornianos.
Y no sólo eso, lamentablemente el Gobierno de Reino Unido emitió una alerta de viaje para México e incluyó a Baja California como uno de los estados donde se ha incrementado la violencia, debido a que grupos de la delincuencia compiten por la plaza, por lo que advierten a sus ciudadanos a mantener precaución si llegaran a viajar a nuestro país y nuestro Estado.
En este contexto, la confianza de Baja California a nivel nacional e internacional como destino para atraer inversiones, va en amplio deterioro, está en terapia intensiva y requiere esfuerzo de todos los sectores para revertir los indicadores que claramente muestran retrocesos que inciden negativamente en la calidad de vida de las familias en el Estado.
He expresado antes, que es necesario para darle vuelta a la inseguridad que priva en Ensenada y Tijuana, que se implemente el mando mixto, que haya una coordinación entre todas las fuerzas armadas del país para tareas incluso de prevención, que ensombrezcan los quehaceres del crimen organizado en Baja California.
Por otro lado, el nuevo sistema de justicia penal tiene que reformarse, es imperativo trabajar para hacer modificaciones que impidan la impunidad de la que están gozando los delincuentes literalmente al amparo de la ley, es un tema de capital importancia para la seguridad, la tranquilidad y la competitividad no solo de Baja California, sino del país.
Hoy atravesamos una crisis de competitividad y de inseguridad en el estado, es una circunstancia que no se advertía en Baja California desde hace tiempo, la coyuntura hoy nos lleva a tomar decisiones importantes y sobre todo, a establecer una nueva forma de colaboración entre el gobierno en todos sus niveles y la sociedad organizada, incluyendo Cámaras empresariales, organismos de la sociedad civil, asociaciones, sector académico y social, en una verdadera cruzada por la paz y el desarrollo de Baja California.
El tiempo de los discursos y las promesas quedó atrás, es momento de los compromisos, los pactos y los hechos, únicamente así podremos avanzar para no solo recuperar los niveles de competitividad que teníamos, sino a incrementarlos y a verdaderamente mejorar la calidad de vida de las familias en su conjunto en el Estado.
Lo anterior es consecuencia de una caída de 15 posiciones en el subíndice Gobiernos impulsada por un retroceso de 56 a 48 en la calificación del Índice de Información Presupuestal Estatal y por un aumento en la proporción de hogares que se surtieron de agua por pipa (de 1.1 a 5.6 por ciento).
El sector empresarial de Baja California atribuye el retroceso en gran medida, a los altos índices de corrupción y al incremento imparable de la inseguridad en el Estado.
El fenómeno de la inseguridad en Baja California va alimentando en el tejido social una carga negativa que ya tiene consecuencias en la dinámica diaria de miles de familias en el Estado.
Independientemente de la llamada guerra de posiciones o de la plaza que aparentemente se disputan cárteles del narcotráfico, el robo a mano armada, la extorción, el robo domiciliario con violencia y el robo de vehículos va a la alza en todo el estado y esto lacera directamente la competitividad de Baja California y con ello, la forma de vida de millones de Bajacalifornianos.
Y no sólo eso, lamentablemente el Gobierno de Reino Unido emitió una alerta de viaje para México e incluyó a Baja California como uno de los estados donde se ha incrementado la violencia, debido a que grupos de la delincuencia compiten por la plaza, por lo que advierten a sus ciudadanos a mantener precaución si llegaran a viajar a nuestro país y nuestro Estado.
En este contexto, la confianza de Baja California a nivel nacional e internacional como destino para atraer inversiones, va en amplio deterioro, está en terapia intensiva y requiere esfuerzo de todos los sectores para revertir los indicadores que claramente muestran retrocesos que inciden negativamente en la calidad de vida de las familias en el Estado.
He expresado antes, que es necesario para darle vuelta a la inseguridad que priva en Ensenada y Tijuana, que se implemente el mando mixto, que haya una coordinación entre todas las fuerzas armadas del país para tareas incluso de prevención, que ensombrezcan los quehaceres del crimen organizado en Baja California.
Por otro lado, el nuevo sistema de justicia penal tiene que reformarse, es imperativo trabajar para hacer modificaciones que impidan la impunidad de la que están gozando los delincuentes literalmente al amparo de la ley, es un tema de capital importancia para la seguridad, la tranquilidad y la competitividad no solo de Baja California, sino del país.
Hoy atravesamos una crisis de competitividad y de inseguridad en el estado, es una circunstancia que no se advertía en Baja California desde hace tiempo, la coyuntura hoy nos lleva a tomar decisiones importantes y sobre todo, a establecer una nueva forma de colaboración entre el gobierno en todos sus niveles y la sociedad organizada, incluyendo Cámaras empresariales, organismos de la sociedad civil, asociaciones, sector académico y social, en una verdadera cruzada por la paz y el desarrollo de Baja California.
El tiempo de los discursos y las promesas quedó atrás, es momento de los compromisos, los pactos y los hechos, únicamente así podremos avanzar para no solo recuperar los niveles de competitividad que teníamos, sino a incrementarlos y a verdaderamente mejorar la calidad de vida de las familias en su conjunto en el Estado.
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