POR SI LAS MOSCAS

Otra de transporte

Por Laura Monzón
viernes, 26 de mayo de 2017 · 00:00

El miércoles pasado, los transportistas armaron sus tiendas de campaña y se plantaron en el estacionamiento del Palacio Municipal. 

La diferencia con otras ocasiones, es que ahora no llevaron sus "flamantes” microbuses a la protesta, sino a esposas e hijos, esperando que el Cabildo se apiade de sus almas y resuelva la exigencia de sus patrones de aprobar un alza a las tarifas del trasporte urbano de pasajeros.

El presidente de la unión de Transportistas Independientes del Municipio de Ensenada, Armando Gutiérrez Guerra, amenazó (como a finales de 2015) con que podría paralizarse el servicio (de nuevo) por la precaria situación económica que están viviendo, porque no se ha aplicado otro aumento desde 2011, cuando se elevó el costo del pasaje de 8 a 10 pesos.

Ante esta situación añeja, el Cabildo se encuentra entre la espada y la pared. Por un lado, tiene a los dueños de microbuses exigiendo que les cumplan el capricho de elevar precios, porque no les alcanza y si no los consideran, dejarán de prestar el servicio.

Por el otro, están los usuarios molestos que demandan un transporte digno, limpio, que no huela a mugre, que sea conducido por choferes decentes, que no traten al pasaje como ganado, y que se respeten los descuentos a estudiantes, discapacitados y personas de la tercera edad.

Desde aquel 8 de septiembre 2011 (cuando en lo oscurito del apagón por la falla de la termoeléctrica de Rosarito se aprobó un alza de dos pesos al pasaje), los usuarios no han visto mejoras en el transporte; las unidades siguen igual de ajadas y el servicio peor. 

Después de las negativas por parte del Cabildo anterior y de que en 2014 no les permitieron a los transportistas la gracia de autoelevar a 13.50 el pasaje, Heriberto López, representante de la Sociedad Cooperativa de Transportes de Pasajeros de Ensenada, dijo que (ahora sí) ya adquirieron 39 unidades nuevas, están aplicando exámenes toxicológicos a los choferes, además de que les dieron uniformes y gafetes.

Sin embargo, la gente se sigue quejando porque el resto de los microbuses se caen a pedazos, no son aptos para transporte de pasajeros, el servicio sigue siendo pésimo y no se está respetando el Reglamento de Transporte Público. 

Vamos, no se trata de comprar algunas unidades y "embellecer” a los señores conductores, sino de transformar por completo el transporte, capacitar a los choferes con cursos de manejo y talleres de atención al cliente, remediar el problema de los horarios de chequeo para evitar accidentes y respetar los reglamentos. 

El problema ha escalado a niveles en que sólo existen dos soluciones: la primera, que el Cabildo acepte la petición de los transportistas. 

Los regidores, síndico y presidente municipal no ha justificado (o no han querido justificar) de forma técnica y legal su negativa a elevar el costo del transporte, por lo que el Tribunal de lo Contencioso Administrativo ya les aplicó dos multas; podría venir una tercera. En caso de que no procedan con la petición, podría pedirse al Congreso del Estado un juicio político y su destitución definitiva.

La segunda solución es que el Cabildo deje a un lado las tibiezas, se ponga los pantalones de una vez por todas, justifique su negativa al alza del transporte, que bastantes cartas tiene a su favor, y empiece a retirar concesiones a la mafia de los microbuseros.

Ya han recibido propuestas de otros lados para introducir unidades nuevas, con mejor servicio y a un precio accesible para los usuarios. 

Es momento de hacer a un lado los favoritismos políticos, pensar en la gente y darle a Ensenada un transporte público digno, eficiente y a buen precio. 




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