COLUMNA INVITADA

La inseguridad

Por Alfonso García Quiñones
jueves, 22 de junio de 2017 · 00:00
México, el país, es un organismo vivo que está enfermo. Sangra por todas partes y, de Sur a Norte, los mexicanos se quejan y levantan la voz porque les duele que a todas horas aparezca gente asesinada, que se multipliquen los asaltos y los robos de casas y de negocios, y de automóviles. Estamos hartos de vivir angustiados y temerosos y de que los delincuentes actúen impunemente.
El gobernador Vega de la Madrid respondió a los múltiples reclamos de la ciudadanía bajacaliforniana con una "Cruzada por la seguridad. Tarea de todos”, que consiste en un convenio firmado por él y por representantes de organismos empresariales, de asociaciones religiosas, de barras y colegios de abogados, de académicos, y por funcionarios públicos, y contiene seis recetas o ejes fundamentales:
Consolidación del sistema Único de Coordinación, Fortalecimiento de las acciones de Prevención, Participación ciudadana y Proximidad social, Formalización y profesionalización policial, Fomento y cultura de la denuncia ciudadana, Acciones de control y supervisión policial y Fortalecimiento del Modelo Estratégico de Reinserción Social.
Por su parte, la sociedad civil también ha prescrito recetas para que regresen la paz, la  seguridad y la tranquilidad al Estado. Entre otras, las siguientes: Establecer métodos para medir la eficacia de los cuerpos de policía; aumentar el número de policías, de patrullas y de equipo policial; abrogar o cuando menos reformar el Nuevo Sistema de Justicia Penal; reformar el Código Penal incrementando las penas de prisión y, que los diputados aprueben una ley que permita que cada bajacaliforniano porte un arma (¿?).
Pero, pero, ni los ejes fundamentales ni las recetas ciudadanas provienen de estudios, encuestas, investigaciones ni análisis. Las medidas y las soluciones para erradicar la violencia y disminuir los índices delictivos son meras ocurrencias si no se originan en encuestas, en estudios e investigaciones, y se desprenden de un diagnóstico que determine cuáles son las medidas adecuadas y las soluciones requeridas para llegar a esas metas. Tal como lo hacen los médicos que, en todos los caos, siguen el protocolo de auscultar al enfermo, contar con el resultado de los análisis de laboratorio, recabar información familiar y ambiental del paciente, diagnosticar (contando con esa información) cuál es la enfermedad, la gravedad y las causas que la originaron y, entonces, y sólo entonces, prescriben la medicina adecuadas para restablecer la salud del paciente.
Si el gobernador Vega de la Madrid de verdad quiere acabar con la violencia y reducir los índices delictivos, debe seguir -mutatis mutandis- el protocolo médico. Y a partir de ahí aplicar las medidas, planes, programas o ejes adecuados. Hacerlo de otra forma es ir contra la razón.

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