MIRADOR

martes, 15 de abril de 2014 · 22:29
Ya nadie recuerda las siete obras de misericordia que el padre Ripalda enunciaba en su famoso Catecismo: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, visitar a los enfermos, dar posada al peregrino, visitar a los presos, enterrar a los muertos...
La caridad, entendida como el hecho de dar al que no tiene, se considera ahora cosa anacrónica, obsoleta. Antes la gente hallaba gozo en ser "caritativa”. Ahora razona con zarandajas tales como ésa de no dar el pescado sino enseñar a pescar, y piensa que eso de dar es función que corresponde al gobierno.
Y sin embargo sigue habiendo pobres. En ellos los cristianos deberíamos ver a Cristo disfrazado de pobre para darnos una oportunidad de hacer el bien.

¡Hasta mañana!...


...

Valorar noticia

Comentarios