MIRADOR

martes, 8 de abril de 2014 · 22:44
El árbol de las moras dio sus frutos.
Cada mora es como una gota de oscura miel. Su profundo color es parecido al de los labios de una mujer fatal. 
Las moras de nuestro huerto son para los niños. Dejamos que suban a las ramas y ahí las coman igual que si fueran golosina. Yo me río al verlos bajar con la boca morada y la ropa llena de manchas de color.
-No los deje, licenciado -me dicen con disgusto sus mamás-. Usted no es el que tiene que lavar la ropa.
Yo los dejo. Pienso que Diosito hizo las moras para los niños. ¿Y quién soy yo para enmendarle la plana al buen Señor? Pero no les digo eso a las mamás. No quiero exponerme a que me respondan: "Tampoco el buen Señor lava la ropa”.

¡Hasta mañana!...


...

Valorar noticia

Comentarios