Mirador

viernes, 22 de agosto de 2014 · 22:44
Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que recuerda sus oraciones de niño, dio un nuevo sorba su martini y continuó:
-Mi personaje preferido es don Juan. Creo que todo hombre en sus cabales ha deseado alguna vez ser un don Juan, y que toda mujer -en sus cabales también- ha deseado toparse con alguno. Durante muchos años he estudiado al personaje, y no podía explicarme por qué Tirso de Molina condenó a don Juan a ir al Infierno, en tanto que Zorrilla lo hizo salvarse e ir al Cielo.
-Pensaba yo que eso era por la diferencia que hay entre el teólogo que era Tirso y el poeta romántico que Zorrilla era. Aquél hace prevalecer la justicia de Dios; éste destaca su misericordia. Pero en mi última lectura de don Juan hallé que eso no es así.
En Tirso don Juan es un "burlador”. Para conseguir a una mujer la engaña. Hace lo mismo que el más infeliz galán de barrio: le promete matrimonio. El don Juan de Zorrilla, en cambio, es un seductor: conquista a la mujer con el puro encanto de su palabra, le da lo que ella pide: amor. El Burlador de Tirso va al infierno no por amar, sino por mentir. Por amar nadie va al infierno.
Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini, con dos aceitunas, como siempre.¡Hasta mañana!... 

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