Vidas que inspiran

sábado, 30 de agosto de 2014 · 22:11
Betty y Gerardo Fernández Rosiñol son dos amigos a quienes admiro profundamente. Su ejemplo de vida inspira. En la sencillez de sus vidas mucho me han enseñado. No poseen millones de pesos, ni son genios, ni intelectuales o maestros, ni nada que podría parecer extraordinario a simple vista. Simplemente son personas que cada día luchan por amar a Dios en un proceso de mejorarse a sí mismos. Ese buscar a amar a Dios los ha llevado a un compromiso fuerte, muy fuerte: Amarse, amar a su familia, amar al prójimo. Ellos me inspiran y seguramente inspiran a muchas más personas que los rodean y los conocen.
Durante muchos años han estado comprometidos con el Albergue Temporal para niños, donando su tiempo, muchos esfuerzos, amando a los niños que ahí llegan, sumando a más personas a esta causa, buscando donativos, organizando, administrando, amando. Su proyecto no es retórico, es real. Ahí los veo, callados, trabajando en silencio, sin pregonar lo que hacen. Gracias a ellos yo quiero ser una mejor persona. Gracias a ellos Ensenada es un poquito más humana, más sensible al dolor ajeno. Sin que me lo digan con palabras, ellos me ayudan a crecer, a superarme, son un ejemplo.
Por eso aprecio su amistad, porque son un tesoro. Su vida no es nada vacía y se vuelca a esos niños tan desvalidos, que son la parte más débil de nuestra sociedad. Además, siempre los veo felices como esposos que son, unidos, afrontando con valentía los problemas de cada día.
Yo recuerdo, ya hace muchos años, que mi padre me aconsejó que siempre buscara hacerme amigo de personas que me ayudaran a superarme. Gerardo y Betty son ese tipo de amigos. No puedes permanecer indiferente ante su ejemplo.
Gerardo y Betty no solo están comprometidos con el Albergue Temporal, también apoyan otras causas humanitarias. Amar a Dios es comprometerse con la humanidad y ellos lo hacen en la medida de sus posibilidades. Muchos pensaremos que por no disponer de muchos recursos nuestras posibilidades serán necesariamente limitadas, muy limitadas. Habrá quienes piensen que sus posibilidades sólo alcanzan para dar algunas monedas, de vez en cuando a algún menesteroso o a redondear en el Oxxo o cosas así por el estilo. En realidad todos tenemos una gran capacidad para hacer algo por la humanidad y no me refiero a la humanidad en abstracto, me refiero al prójimo, a las personas con las que convivo, a las que veo todos los días. Desde hacernos la vida más amable y llevadera en familia, desde ser honestos y actuar con ética, hasta donar parte de nuestro tiempo libre. Si queremos podemos formar un círculo virtuoso que ayude a que hagamos de nuestra ciudad algo mejor para vivir.
Hay personas que mucho nos enseñan con sus actos, como Betty y Gerardo. De ellos he aprendido que la bondad es contagiosa. Sus hijos están contagiados de ello, son personas que han adoptado la misma lucha que sus padres, superarse a través del amor.
En los medios periodísticos hablamos demasiado de quienes nos perjudican. Hace falta hablar de los que hacen que Ensenada sea una ciudad donde aún vale la pena vivir.

...

Valorar noticia

Comentarios