Columna Opciones

Un bulbo a la vez

domingo, 15 de septiembre de 2013 · 21:26
Carolina y sus hijos esperaban la llegada de la abuela para invitarla al Jardín de los Narcisos. Llegó fatigada del viaje después de conducir varias horas de Laguna hasta Arrowhead en Kansas, EEUU; no tenía el menor interés de ver flores.
Ante la insistencia de los nietos, a regañadientes accede. Carolina los lleva hasta la parte posterior del templo en donde encontraron un letrero: Jardín de Narcisos. Siguieron a pie un sendero y, al doblar una curva, quedaron boquiabiertos ante la vista más gloriosa: ¡Dos hectáreas y media de flores doradas! Los narcisos en plena flor cubrían la cumbre del monte y sus laderas como si una enorme tina de oro se hubiera derramado sobre el valle. Las flores estaban plantadas del amarillo más pálido al más intenso, formando enormes franjas en majestuosos diseños.
-¿Quién hizo esto? pregunta la abuela a Carolina.
-Solo una mujer. Vive en este terreno; ahí está su casa.
Caminaron hacia la casa y encontraron el segundo letrero:   
 Respuestas a las preguntas que sé que estás haciendo:
- La primera respuesta: 50,000 bulbos
- La segunda respuesta: Uno a la vez, por una mujer. Dos manos, dos pies y un cerebro.
- La tercera respuesta:   Comencé en 1958
La abuela se quedó visiblemente impactada: se imaginó a la mujer desconocida que hacía 55 años había estado sembrando día con día un bulbo a la vez, transformando la obscura cima de un monte en un prodigio de arte y belleza. Plantando un bulbo a la vez, la desconocida había cambiado para siempre el mundo en el que vivía. Un día cada vez, ella había creado algo de extraordinaria magnificencia, belleza e inspiración.
El Principio Narciso del que hoy se habla es algo digno de celebrar: aprender a movernos hacia nuestra meta y nuestros deseos un paso cada vez -a menudo tan sólo un paso de bebé cada vez-; amar el hacer; aprender a usar la acumulación de tiempo: "Cuando multiplicamos minúsculos espacios de tiempo con pequeños incrementos de esfuerzo diario, encontraremos que podemos realizar cosas magnificas. Podemos cambiar el mundo…”
La abuela se puso triste y preguntó a Carolina: 
-¿Qué hubiera yo logrado si hubiese imaginado hace 40 o 50 años una meta como ‘Un bulbo a la vez’?  ¡Nada más piensa en lo que yo hubiera realizado!
Carolina contestó:
-Empieza hoy mismo, mamá. No tiene sentido pensar en las horas perdidas del ayer, sino preguntarnos: ¿Cómo puedo aplicar esto hoy? El Principio Narciso dice que no esperes hasta que tu carro o tu casa estén pagados, o termines la universidad, o limpies y organices tu casa, tu coche, tu escritorio. Bajes o subas cinco kilos. Te cases, tengas niños, vayan a la escuela, se vayan de la casa. Hasta que te retires, que llegue la primavera, el verano, el otoño, el invierno. Hasta que te mueras… El Principio Narciso dice que no hay mejor tiempo que ahora para ser feliz. Que la felicidad es un viaje, no un destino. Así que trabaja como si no necesitaras dinero, ama como si nunca hubieras sido lastimada, danza como si nadie te estuviera mirando.
¡No tengas miedo de que tu vida termine, ten miedo de que no comience!
"A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota. Haz lo que puedas, con lo que tengas, estés donde estés.” Madre Teresa de Calcuta.   

betrevino@prodigy.net.mx

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