Domingo I de Adviento Ciclo C

“Velen, pues, y hagan oración continuamente” (Lc 21, 25-28.34-36)
domingo, 29 de noviembre de 2015 · 00:00
Ensenada, B.C. - Hoy empezamos el Adviento, que es una etapa de cuatro domingos antes de la Navidad, en la que toda la iglesia se prepara para el nacimiento de Jesús. Este tiempo, marca también el inicio del nuevo año litúrgico (ciclo C), que en esta ocasión tiene un jubileo extraordinario de la misericordia.
Estemos atentos a la llegada del Señor. No podemos permitir que, Jesús, pase de largo. No podemos consentir que, el Señor, cuando nazca, nos encuentre tan desalentados por los acontecimientos que nos acosan.
La Navidad, si colocamos en el centro a Cristo, nos traerá un horizonte de paz y de optimismo, de salvación y de esperanza. Nos invitará, de la mano del Papa Francisco, a que la Misericordia del Señor sea acogida en Belén, en los pastores que irán a adorarle, en los Magos que ofrecerán sus dones, en la estrella que nos invita a no apagar el ardor de nuestra fe.
Si el Señor llega, es porque quiere compartir nuestra condición. Porque desea poner una luz en el fondo del túnel oscuro en el que se encuentra perdida gran parte de la humanidad.
Si el Señor se presenta, es porque nos ve agobiados. A veces sin esperanza. Otras tantas… sin ilusión.
Esta primera semana de adviento nos adentra en la espera de la venida de Jesús como el niño que nace en Belén. También lo esperamos como salvador y juez al final de los tiempos.
Las palabras del Evangelio del Domingo puede parecernos un tanto alarmantes, sin embargo, el mensaje de Jesús es de aliento y esperanza: La hora de su liberación está cerca.
El tiempo del Adviento es de espera que es esperanza constante. Quien tiene esperanza no deja que sólo Dios actúe en el mundo, sino que él mismo actúa para cambiar el mundo. Cristo viene a salvarnos y a manifestar la presencia de Dios en el mundo, por lo que los cristianos deben actuar como Cristo, siendo ellos mismos modelos de esperanza, bondad y caridad.
Empecemos esta primera semana de Adviento, procurando ser modelos de esperanza a través de las acciones diarias. Manifestemos nuestra esperanza con actos de caridad y de alegría con los que nos rodean. Jesús, nuestro Salvador, ya viene, con majestad y justicia.
Jesús nos pide: "Alzar la cabeza”. No vivir encogidos y cabizbajos, encerrados en nuestros miedos y tristezas. Levanta la mirada; amplia el horizonte. La "Vida” es más que esta vida. Se acerca nuestra liberación. Un día sabremos lo que es una vida liberada, justa, gozosa.
Tened cuidado de que no se nos embote la mente. Es nuestro gran riesgo: vivir atrapados por las cosas, preocupados sólo por el dinero, el bienestar y la buena vida. Terminar viviendo de manera rutinaria, frívola y vulgar. Demasiado aturdidos y vacíos como para "entender” algo del verdadero sentido de la vida.
Nos pide también estar siempre despiertos. No vivir dormidos. Despertar nuestra vida interior. En ninguna parte vamos a encontrar luz, paz, impulso nuevo para vivir, si no lo encontramos dentro de nosotros.

Que la Venida próxima de Cristo, nos bendiga hoy y acompañe siempre.

cpomah@yahoo.com

...

Comentarios