Presenta galería de mujeres

México, DF - Carmen Boullosa se confiesa obsesionada por la figura de la Tlaltecuhtli. Si por ella fuera, dijo, le pondría un altar rodante y promovería su culto. Pero lo suyo es contar historias, y eso hizo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

El tema era "Las queridas, las elegidas y las mandonas”, y para abordarlo, la escritora ofreció una galería de mujeres que forman el "espejo menor” que le permite narrar a México.

Sin textos a la mano, en una sala casi en penumbra, fueron desfilando las imágenes y lo que Boullosa llamó "una narración llena de conjeturas”.

De la dualidad de las diosas prehispánicas como Tlaltecuhtli, que podían abrir la puerta de la vida, pero también de la muerte, pasó la escritora a la Malinche y a sus distintas versiones, como la de Inés Arredondo, escritora que la imagina como la predilecta del padre, hasta que muere y pasa a ser la descastada: "Pierde su propio reino, encuentra a Cortés y vuelve a ser la elegida”.

Pero también está la versión del artista José Clemente Orozco, recordó, que la pinta como la "Eva terrible” que ha parido a los vencidos, enlazada al conquistador, su nuevo Adán.

En este nuevo mundo, dijo Boullosa, las diosas perdieron su poder y surgieron leyendas como La Mujer Dormida, pero no fueron suficiente. Apareció entonces otro tipo de deidad, una sin cuerpo, protectora, la Virgen de los Remedios, que llegó con Cortés y se impuso con la ayuda de "fábulas”.

Sor Juana Inés de la Cruz, mujeres insurgentes como Leona Vicario, impresoras como Laura Méndez -musa de Manuel Acuña y madre de su hijo-, la autora del prólogo del Plan de Ayala Dolores Jiménez y Muro, la escritora Nellie Campobello, figuraron también en su galería.

En el mundo prehispánico, señaló, las féminas ejercían un doble poder, sobre la vida y la muerte, que hoy se ignora, lo que, conjeturó, ha convertido a las mujeres en un "blanco delicioso”, desatando la violencia de género, los feminicidios.