Deportes

Hablemos de deporte

Por L.A.F.D. Fernando Ribeiro Cham
domingo, 19 de abril de 2015 · 03:20
Nombramiento

Es imposible que el nombramiento de un cargo que representa al encargado de administrar el deporte nacional (mismo que lleva aletargado por sexenios) pase desapercibido. 

Desde los comentarios locales en las redes sociales, hasta las columnas de relevancia como el "ABC del Alto Rendimiento” de Juan Manuel Rotter y que publica Milenio, dieron cuenta de los "pros” y "contras” de una designación que anunciada por la propia Secretaría de Educación Pública, como una designación presidencial.

Quizá mi opinión pudiera en esta ocasión tener un cierto grado de parcialidad. Soy un egresado de una escuela formadora de recursos humanos en materia de cultura física y deporte y como tal, siempre velaré porque aquellos puestos que refieran a la administración de cualquiera de las áreas de la cultura física sean tomados por personas que cuenten con un perfil. Pero a qué perfil nos referimos. Por una parte se dice que con que se sea un buen administrador y se tengan asesores que conozcan sobre deporte es suficiente. Otros dicen que se debe ser un buen gestor. Hay también las voces que afirman que la práctica es suficiente y que el conocimiento empírico debe ser la piedra angular del conocimiento en materia de administración deportiva.

Pongamos un ejemplo. Si en cada escuela formadora salen por semestre, digamos, 30 egresados y esa escuela tiene 30 años de existencia, entonces la población de personas con un "perfil” académico y de conocimiento formal en la materia, llegaría a los 1,800 sujetos con un posible perfil a ser considerado. 1,800 personas que rara vez ocupan puestos de dirección o administración de entidades deportivas, llámense clubes, ligas, asociaciones, federaciones, institutos municipales o estatales.

Que si deben tener una licenciatura en deporte, que si una maestría o un doctorado en la materia, que si tantos años de experiencia en un puesto similar o que si fue un deportista que alcanzó determinado nivel, lo cierto es que al día de hoy la gran cantidad de designaciones en puestos de administración deportiva son realizadas con absoluta discrecionalidad por autoridades de cualquier nivel. 

Quiero suponer que el procurador de justicia debe ser un abogado o que el secretario de salud es un médico, pero en el caso del deporte puede ser cualquiera. 

En Baja California se reformó la Ley Estatal de Cultura Física y Deporte, estableciendo que el Director General del INDE y los directores de los institutos municipales deben cumplir con un perfil de estudios académicos.

En una ocasión asistí a un congreso en Cancún, al que - y espero no se ría-  un alcalde designó a su compadre, un tipo sin el más mínimo conocimiento sobre el deporte. Casos así deben abundar.

Desconozco si Alfredo Castillo es un conocedor del deporte. Sé que estuvo atendiendo los bloqueos, la inseguridad y la lucha contra el narcotráfico en Michoacán. Fuera de eso no sé si es un conocedor o un aficionado al deporte o quizá un buen administrador.

Hace falta y lo he repetido en otras ocasiones, que se regule este tipo de designaciones. Un título en determinada área no garantizará el éxito en una entidad deportiva, pero por favor, y con el respeto que me merece, no creo conveniente que un día el chef Oropeza se convierta en administrador deportivo.

ribeirocham@gmail.com

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