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Conquistando todo tipo de montañas

Karla Susana Wheelock Aguayo, primera latinoamericana que alcanzó la cima del Monte Everest por la vertiente norte
viernes, 8 de diciembre de 2017 · 00:00

Ángel Domínguez/EL VIGÍA
adominguez@elvigia.net | Ensenada, BC

Lejos quedaron los tiempos en que las mujeres soportaban limitaciones y prejuicios al ser consideradas como sexo débil, término ya calificado como ofensivo.

Un claro ejemplo de superación es la alpinista, abogada y empresaria coahuilense Karla Susana Wheelock Aguayo, primera latinoamericana que alcanzó la cima del Monte Everest por la vertiente norte.

Entre 1993 y 2005 se dedicó a conquistar las cumbres más altas de cada continente, conocidas como las 7 Cumbres, convirtiéndola en la primera iberoamericana en conseguirlo.

De 2010 a 2016 encabezó la expedición de líderes mexicanos en la Antártica.

Actualmente se dedica a “compartir experiencias para recordarnos de lo que somos capaces las mujeres cuando ponemos una meta en nuestra mente y nuestro corazón, y qué tan alto podemos llegar”, informó durante su visita a Ensenada.

HISTORIA DE ÉXITO
La autora de los libros “El Tercer Polo; Ascensión al Everest” y “Las 7 Cumbres”, comentó que “soy del norte de nuestro país, del desierto, de la sierra y ahí es donde inicia mi amor por los pequeños cerros, por las montañas”.

“Desde niña me gustaba mucho la naturaleza, estuve en los scouts conviviendo con ella y fue después de los 18 cuando realmente me planteo la posibilidad de subir las montañas más altas del país, como los volcanes Popocatépetl, Iztaccihuatl y Pico de Orizaba”, agregó.

La deportista nacida en 1968 en Saltillo, Coahuila, empezó a planear nuevos objetivos que requerían mayor preparación, ya que pretendía escribir su nombre en la historia alcanzando las montañas más altas de cada continente.

“Poco a poco la vara fue subiendo, me fui al Aconcagua, los Andes, los Alpes, subí unos ochomiles y luego el Everest”, explicó.

Wheelock Aguayo, calificó el montañismo como “un estilo de vida; al principio me decían que era mi hobby, pero es mucho más, ya que es donde realmente me di cuenta que podía potencializar muchos aspectos de mi persona”.

“No sólo el físico en cuanto a adaptarme a la altitud de la montaña y exigencia que demandaba la preparación, sino a todo lo que era el reto de la organización, de la logística, lo que implicaba el riesgo de poner tu vida de por medio”, apuntó.

El tratar de alcanzar cada una de las metas trazadas, continuó, “requiere preparación, conocimiento, entras en un círculo virtuoso en donde amas lo que haces, y cuando te preparas más todo sale mejor y más te enamoras”.

Dicha situación, destacó, “te empieza a ayudar a evolucionar, a ir sacando lo mejor de ti, a potenciar lo positivo, eso para mí es la montaña”.

PREPARACIÓN PREVIA
Antes de poder lanzarse a la aventura, un alpinista debe someterse a un estricto programa de entrenamiento.

“Son muchos aspectos, no es únicamente acondicionamiento físico, obviamente, tus músculos y cardio tienen que estar bien, debes tener lo que llamamos horas montaña, que es el poder resolver situaciones adversas”, detalló.

La ganadora de diversos reconocimientos por su trayectoria deportiva, puntualizó que “no es lo mismo tener un muy buen físico a nivel del mar que arriba de los 7 mil 500 metros, que es lo que se conoce como zona de la muerte, donde el porcentaje de oxígeno disminuye a un tercio de lo que tenemos a nivel del mar”.

Además, añadió, “tus funciones están mermadas, no piensas con claridad, no estás respirando, no te estás oxigenando, tus músculos están más débiles y hay que aprender a adaptarse”.

“Debes cambiar la alimentación y resolver adversidades, aprender primeros auxilios, contar con conocimiento de rescate en lugares remotos, de medicina y telecomunicaciones, debido a que no es que le llames a alguien para que vaya y te ayude”, señaló.

Dominando dichos aspectos, dijo, “harán posible poder funcionar de manera correcta en uno de los ambientes más desfavorable para la vida, ya que pasando los 7 mil 500 metros de altura no hay vida animal ni vegetal y un ser humano no puede permanecer mucho tiempo ahí”.

“La preparación también es mental, a diferencia de otros deportes, no hay margen de error, fallar no es opción pues te puede costar la vida, en el menor de los casos, la amputación de alguna extremidad”, expresó.

En los trayectos, “hay factores que no dependen de ti, la naturaleza tienen muchísima fuerza, así que hay que aprender que se debe respetar, que no vas a ir a vencerla y hay que lidiar con eso”.

LIBRANDO OBSTÁCULOS
Días antes de subir a la cima del Everest por la vertiente norte, “otra mexicana lo consiguió por la vertiente sur”, mencionó.

“Busqué lograr una primicia iberoamericana y la cumplimos en octubre de 2005” con la conquista de la Pirámide del Carstensz, cima más alta de Oceanía, completando el ‘Grand Slam’ del alpinismo -7 Cumbres-.

Sin descuidar a sus “montañitas” de “casi 16 y 14 años que son lo más importante en mi vida”, Karla Wheelock imparte conferencias en México, Sudamérica y Estados Unidos, así como talleres de capacitación para empresas en liderazgo y trabajo en equipo.

“Tenemos una fundación que se dedica a fomentar que los jóvenes hagan proyectos que ayuden al medio ambiente y se les brinda una capacitación en liderazgo ético sustentable”, finalizó.

“La montaña no se puede subir individual, es trabajo en equipo y hay muchas personas que a veces no salen en la foto, pero que sin su apoyo no habría sido posible lograrlo”.
Karla Wheelock


FICHA
Nombre: Karla Susana Wheelock Aguayo
Fecha de nacimiento: 14 de abril de 1968
Lugar de nacimiento: Saltillo, Coahuila

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