EL MUNDO

Acechan demandas a Donald Trump

viernes, 28 de octubre de 2016 · 00:00

AGENCIA REFORMA

Ciudad de México


En el primer aniversario del inicio de su campaña presidencial, Donald Trump pasó gran parte del día en un entorno que conoce bien: una habitación llena de abogados caros discutiendo una demanda civil.

Trump hizo pausa en su campaña el 16 de junio para contestar preguntas bajo juramento en una de sus querellas contra dos chefs celebridades. Había demandado a Geoffrey Zakarian y José Andrés después de que se echaron atrás en un trato de un restaurante en respuesta a las declaraciones incendiarias de Trump sobre los inmigrantes mexicanos.

La declaración de dos horas fue, al menos, la tercera vez que Trump tuvo que interrumpir la campaña para ser interrogado por abogados en una de las muchas demandas contra su organización.

Apenas dos semanas antes del día de la elección estadounidense, al menos 75 de las más de 4 mil demandas involucrando a Trump y sus negocios siguen abiertas, según un análisis de registros de tribunales estatales y federales realizado a nivel nacional por USA Today. El número de casos no resueltos no tiene precedentes para un candidato presidencial, de acuerdo con científicos políticos e historiadores, y tendría consecuencias si Trump fuera a ganar.

Entre los litigios abiertos, vinculados con sus negocios, que enfrenta el magnate están: unos miembros enojados de su campo de golf en Jupiter, Florida, dicen que fueron defraudados de reembolsos de sus cuotas y una ex empleada en el mismo club afirma que fue despedida tras reportar acoso sexual. Hay un caso de fraude presentado por alumnos de la Universidad Trump que dicen que la compañía del magnate los defraudó por decenas de miles de dólares en cuotas por un curso de bienes raíces fraudulento.

Si es electo, las demandas abiertas acompañarán a Trump. No tendría derecho a la inmunidad, y se podría requerir que diera declaraciones o incluso testificara en un tribunal abierto.

Los casos abiertos plantean preguntas sobre potenciales conflictos de interés que podrían resultar difíciles de navegar para Trump.

Por ejemplo, ¿podrían sus nombramientos judiciales ser influenciadas por sus propios juicios? Este verano, atacó a un magistrado federal que preside la demanda contra la Universidad Trump, al decir que el juez de distrito Gonzalo Curiel tiene prejuicios contra Trump porque es de ascendencia mexicana y Trump propone un "gran muro" a lo largo de la frontera mexicana.

Otro problema potencial: ¿buscarían abogados, partes en los casos e incluso jueces ganarse el favor de un individuo poderoso en una manera que podría alterar el resultado?

Si Trump resulta electo presidente, no cambiará la manera en que sus demandas se manejan.

Sus compañías enfrentan casos abiertos de discriminación sexual y fraude, facturas no pagadas y disputas sobre contratos. En cualquiera de los casos abiertos, los litigantes tendrían el derecho de exigirle testimonio a Trump o a personas cercanas a él, algunos de quienes podrían convertirse en asistentes de alto rango de la Casa Blanca.

Dicha acción legal puede revelar registros financieros privados y de otra índole que luego podrían volverse públicos. Incluso si Trump no rompió ninguna ley o no cometió ningún irregularidad, ese tipo de información interna podría ser usada por oponentes políticos para intentar avergonzarlo o debilitarlo políticamente.

Entre los muchos pleitos de Trump, los más problemáticos podrían ser los casos de la Universidad Trump. En el peor de los casos, un fallo de que un fraude tuvo lugar podría darle al Congreso motivos para considerar procedimientos para un juicio político.

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